El enemigo
En los tres días recientes se registraron dos hechos que provocaron mortandad de especies acuáticas en ríos de la entidad: la empresa procesadora de cítricos Citrofrut registró una fuga de sosa cáustica en un afluente del río Bobos-Nautla. Dos días después, la juguera IQ Citrus, de Álamo, derramó el mismo químico a las aguas del río Pantepec; en ambos casos, miles de peces murieron como consecuencia de la irresponsabilidad y de la falta de acciones de las propias empresas para evitar daños al entorno.
Ayer, en Álamo Temapache, municipio ubicado en la Huasteca baja veracruzana, la juguera arrojó químicos al río Pantepec, denunció Benito Alegría, subagente municipal del poblado La Tortuga. Los habitantes de esa zona acusan afectaciones a sus cuerpos de agua, el río, los arroyos e, incluso, los pozos artesianos.
Y es que el hidróxido de sodio es altamente contaminante; se usa con frecuencia en la industria para resolver los problemas de óxido que presenta la maquinaria pero elimina cualquier posibilidad de vida en un cuerpo de agua; de hecho, también afecta al ser humano que se expone a este químico. Eso fue lo que presuntamente arrojó la empresa IQ Citrus al río Pantepec.
Dos días antes, en el municipio de San Rafael, la empresa Citrofrut, que tiene su casa matriz en Nuevo León y que se dedica a procesar cítricos para la elaboración de jugos y concentrados, también arrojó sosa cáustica a un cuerpo de agua, contaminando un arroyo que desemboca en el río Bobos, que muy cerca pierde ese nombre para convertirse en río Nautla.
Por supuesto, al igual que en Álamo Temapache, los habitantes de la zona cercana a Citrofrut denunciaron ese problema de contaminación, ya que miles de peces murieron.
Los pocos pobladores de esos lugares que todavía se dedican a la actividad pesquera están preocupados porque la fuente del sustento familiar se encuentra en permanente amenaza. En la última década ya perdieron la cuenta del número de veces que han visto problemas similares.
El río Bobos tiene su recorrido al sur del río Tecolutla y desemboca en el pequeño puerto de Nautla; nace en el municipio de Las Minas y recibe aportaciones de diversas corrientes, como los ríos La Migueta, Ixtoteno, Las Truchas, Tazolapa y Tomata, entre otras; luego se unen el río Quilate y los arroyos Martha Ruiz y Pedernales.
El problema, sin embargo, no es sólo el derrame de sosa cáustica de Citrofrut a ese afluente, que recibe además, sin tratamiento, las aguas negras de 14 municipios.
Otras fuentes de contaminación tienen que ver con los giros dedicados al café en la cuenca alta, que también vierten sus desechos al río; eso sin contar con otras grandes empresas, como Citrex, antes Citrosol y decenas que empacadoras.
Y es que sin acciones concretas que impidan las descargas residuales, tanto de empresas como de asentamientos humanos, a los cuerpos de agua de la entidad, los problemas de contaminación persistirán y las mortandades de peces seguirán, por más multas que aplique la Procuraduría del Medio Ambiente, que castigó con 300 mil pesos el ecocidio provocado por Citrofrut. @luisromero85