Felipe de J. Monroy/ Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido
Aquila es un pequeño municipio ubicado en la zona montañosa central de Veracruz; tiene una fuerte presencia de población indígena y colinda con Maltrata, Acultzingo y el estado de Puebla.
Es un asentamiento donde se registran muchos problemas por temas relacionados con la marginación y la pobreza; también por cuestiones políticas y conflictos familiares.
De acuerdo con el más reciente censo poblacional, el de 2010, Aquila apenas cuenta con mil 797 habitantes.
Es de esos pequeños pueblos rurales donde la muerte de cualquier habitante es toda una noticia; en un año promedio mueren 14 personas en Aquila.
Se trata de un lugar con una elevada tasa de analfabetismo y rezago educativo; casi el 30 por ciento de la población no sabe leer ni escribir.
También registra muy alto grado de marginación, solo existe un médico en todo el municipio y casi la mitad de las casas no cuentan con drenaje sanitario.
Aquila se encuentra entre los 15 municipios más marginados de Veracruz; ocupa el lugar 201 en el ámbito nacional; y ejerce un presupuesto anual de menos de 11 millones de pesos.
Recordamos que apenas el 22 de julio de 2013, el comandante de la policía municipal, Adán González Vega, asesinó a balazos al presidente municipal, el priísta Gerónimo Manuel García Rosas. Miguel Angel Alonso terminó gobernando los últimos seis meses del pasado trienio.
Unos días antes del asesinato se había desarrollado el proceso electoral para la renovación de las autoridades municipales, siendo electa para el periodo 2014-2018 una mujer, la primera en gobernar este lugar, Sofía Gervasio Salazar, ama de casa de 51 años, postulada por el Partido Acción Nacional, quien ganó la elección por un margen de 35 votos.
Viene la historia a cuento por un problema que se registra en ese ayuntamiento: la alcaldesa Sofía Gervasio se niega a abrir las cuentas bancarias que le solicitan las autoridades estatales y federales para depositar las participaciones a que tiene derecho el municipio. Ella recibió el gobierno local con deudas y con diversos compromisos laborales por cumplir y con ese argumento se niega a realizar esos trámites bancarios, que son indispensables para la administración municipal.
Ese hecho provoca que el gobierno de ese pequeño municipio se encuentre paralizado, inactivo y la población, descontenta.
Hace dos semanas, la Comisión de Vigilancia del Congreso del estado informó sobre los resultados de más de mil auditorías practicadas por el Órgano de Fiscalización Superior; destaca que 38 municipios veracruzanos presentan presuntos daños patrimoniales con montos que van desde 500 mil hasta 41 millones de pesos.
Los ex alcaldes de Castillo de Teayo, Camerino Z. Mendoza, Nogales, Acultzingo, Alpatláhuac, Ángel R. Cabada, Astacinga, Atlahuilco, Chinameca, Colipa, Cosautlán de Carvajal, Coyutla, Espinal y Filomeno Mata, entre otros, son señalados por el uso irregular de los recursos públicos.
Se trata de pequeños municipios de menos de 20 o 25 mil habitantes, cuyas autoridades municipales gobernaron, como en el caso actual de Aquila, desde la ignorancia y sin la preparación deseable. @luisromero85