Carlos Ramírez/Indicador político
Salud, historias de corrupción
La confrontación con el Sindicado de Trabajadores del Sector Salud y la denuncia que hiciera pública sobre las irregularidades y el saqueo que prevalece en la secretaría del ramo terminaron por costarle el cargo a Juan Antonio Nemi Dib, quien hace menos de una semana reveló la red de corrupción que impera en la dependencia que encabezó desde marzo del año pasado y señaló de manera directa a los dirigentes sindicales.
El paso de Nemi Dib al frente de la Secretaría de Salud es una historia de combate contra actos de corrupción: apenas asumió el cargo y de inmediato denunció a empresas que facturaban con sobreprecios y procedió a la rescisión de contratos.
En septiembre del año pasado, destapó otra cloaca, ahora en el hospital “Dr. Luis F. Nachón”, cuya área privada era utilizada por un grupo de médicos para hacer un negocio privado con recursos públicos. En esa ocasión, Juan Antonio Nemi confirmó que esas prácticas costaban al erario unos 77 mil pesos diarios.
Posteriormente, se profundizaron los desencuentros entre Nemi Dib y el sindicato de trabajadores del sector salud, cuyos dirigentes emprendieron todo tipo de acciones y hasta boicots contra el secretario, a quien responsabilizaban por el atraso en la distribución de medicamentos, acción que ellos mismos orquestaron. Por ello fue la denuncia pública que lanzó el ex secretario el pasado 2 de octubre, cuando señaló que esa mafia mantenía aterrorizada a la base sindical.
Frontal como es, Juan Antonio Nemi acusó actos de corrupción que sus antecesores prefirieron ocultar, tapar o ignorar: constructoras ligadas a los líderes sindicales que se beneficiaban con contratos millonarios, opacidad en el manejo de dicha agrupación, robo de gasolina, falsificación de documentos para comprobar viáticos y otros.
Por supuesto, los señalados exigieron pruebas y amagaron con denunciar al ex funcionario por difamación; los alaridos de quienes manejan el sindicato llegaron a Palacio, donde prefirieron evitar un conflicto mayor en un área estratégica como es el sector salud, a costa del sacrificio de una de las piezas del gabinete que se ha caracterizado por la congruencia y la capacidad.
Durante el presente gobierno veracruzano, Nemi Dib ocupó la dirección del DIF, la secretaría particular y la de salud; en todos esos cargos se desempeñó con eficiencia pero eso no fue suficiente. No lo fue tampoco el talento mostrado porque, al final, la amenaza de paros y bloqueos del sindicato terminó por imponerse.
Hoy, diversos sectores sociales y expresiones políticas exigen que se investiguen a fondo las denuncias que hizo públicas el ex secretario de salud.
Por su parte, el ex funcionario del gabinete estatal se reintegraría al gobierno veracruzano en un par de meses, porque al menos 3 o 4 secretarios podrían dejar sus cargos para buscar diputaciones federales; uno de ellos es Alberto Silva Ramos, quien se desempeña al frente de la Coordinación de Comunicación Social, dependencia que el cordobés ya ocupó en 1989 y cuyo manejo conoce a la perfección. Otra posibilidad es su incorporación al equipo de trabajo del senador José Francisco Yunes Zorrilla, quien aspira a suceder a Javier Duarte en el gobierno veracruzano, de cara al 2016. @luisromero85