Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Mini salarios
En México, 6.5 millones de personas ganan menos de un salario mínimo, que es de poco más de 67 pesos para la zona “A” y 63.7 para la “B”, a la que pertenecen casi todos los municipios de Veracruz.
La tabla creada por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos incluye a los sueldos generales, con las cantidades citadas, y a los profesionales, que fija las percepciones de 59 actividades laborales; un dependiente de mostrador en farmacias, por ejemplo, percibe poco menos de 81 pesos al día; el albañil, 93; el cocinero, 94.20; el zapatero, 83.63; el reportero de prensa, 190 pesos; y el cajero de máquina registradora, 82.7 pesos diarios.
El Artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo establece que el salario mínimo es la cantidad menor que un trabajador recibe, en efectivo, como pago por su jornada laboral. Debe ser suficiente para satisfacer las necesidades de una familia en lo material, social y cultural, y para promover la educación de los hijos… pero desde hace muchos años, tanto la comisión como el salario mínimo que fija están desfasados y muy lejos de la realidad.
Es un tema que forma parte de la agenda y el debate nacional a partir de los planteamientos que han realizado dos actores de la vida política de nuestro país: el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y el dirigente del Partido Acción Nacional, Gustavo Madero Muñoz. El primero propuso elevar el mini salario a 80 pesos diarios, mientras que el líder del blanquiazul planteó una consulta nacional sobre el tema.
Se trata de un asunto de urgente atención porque de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, en los últimos 6 años, 15 millones de mexicanos cayeron en condición de pobreza, debido a sus bajos ingresos. En total, más de 61 millones de personas cuentan con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades elementales y, por su fuera poco, también padecen carencias alimentarias.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, dio a conocer hace una semana su posición al respecto; Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo, señaló que el poder adquisitivo de los mexicanos cayó en un 70 por ciento en los últimos 30 años.
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ha señalado que esa medida tendrá repercusiones en la inflación si no se acompaña por mayores índices de productividad; esto es que si las remuneraciones aumentan sólo por decreto, se corre el riesgo de que los salarios reales, que incluyen la variable inflacionaria, se queden igual. Es una postura que parece inteligente, pero también es un insulto para los millones de mexicanos que se encuentran en condición de pobreza, sobre todo cuando el secretario del Trabajo del gobierno federal, Alfonso Navarrete, ha declarado que la Secretaría de Hacienda ya cuenta con una propuesta de aumento salarial general que se hará pública en las próximas semanas.
Los salarios mínimos contrastan con lo que cobran políticos, legisladores y alta burocracia de nuestro país. Un diputado federal, por ejemplo, percibe un millón 495 mil pesos al año; una persona que gana el mínimo tendría que trabajar 23 mil 469 días, más de 64 años, para alcanzar la suma que percibe en doce meses un diputado federal. A eso se debe, sobre todo, la indignación social por los bajos ingresos de los más pobres. @luisromero85