Quirino Moreno Quiza/Repechaje
Obras, caos y afectaciones
En junio del presente año, el ayuntamiento de Xalapa anunció las que serían sus más importantes obras hasta el momento, la pavimentación con concreto hidráulico de algunos tramos de las calles Pípila, Hidalgo, Ruiz Cortines y Xalapeños Ilustres. En el caso de esta última, se trata de la arteria principal de la capital del estado y su rehabilitación comienza a la altura de la calle Moctezuma para terminar en Landero y Coss.
A través de su Dirección de Obras Públicas, el gobierno local calificó esos trabajos como estratégicos y necesarios para mejorar la vialidad de la ciudad.
Las obras fueron programadas para construirse durante las vacaciones escolares. El pasado 27 de julio, el titular del área, Francisco Velasco Montiel, señaló que se avanza conforme al proyecto original; sin embargo, 15 días después, el 12 de agosto, apuntó que esas calles seguirían cerradas por tres semanas más.
Las obras apenas registran un avance del 40 por ciento, así que las reparaciones van para largo.
El problema tiene que ver con el caos vehicular que se genera en el centro de la ciudad y particularmente en las calles aledañas a Xalapeños Ilustres e Hidalgo.
Los comerciantes de esos puntos están desesperados debido a las bajas ventas; un sondeo realizado por El Águila de Veracruz fue fiel reflejo de la molestia que se generó por lo que consideran una mala planeación de la obra pública. Están irritados, además, porque no se observa ni el intento, ni la disposición de las autoridades para reducir el tiempo de la ejecución de esas obras.
Debido a la crisis por las bajas ventas, los comerciantes entrevistados por este medio informativo plantearon que será necesario el despido de trabajadores.
Hay calles en que la actividad comercial se redujo hasta en un 80 por ciento.
Por si fuera poco, los automovilistas y, particularmente, los taxistas también están molestos por el caos vehicular, por el aumento en los tiempos de traslado y, por consiguiente, por el mayor gasto de combustible.
El problema es que esas molestias y ese caos son menores si se comparan con lo que se espera a partir del próximo lunes, cuando miles de estudiantes, maestros y trabajadores de la educación regresen a clases.
En condiciones, digamos, normales, la vialidad de Xalapa es insufrible y transitar por las calles del centro es un reto a la paciencia. Las manifestaciones y plantones son problemas cotidianos y a eso se suma la enorme cantidad de autos que circulan por las calles de esta ciudad: más de 160 mil unidades y cada año, al parque vehicular xalapeño se le aumentan otras 10 mil.
Debido a esa situación y también a la incapacidad para resolver éste, que es un problema grave, el gobierno municipal terminó por solicitar el apoyo de la Dirección General de Tránsito del Estado, cuyo titular, Jorge Israel Ponce de León, ordenó que 20 elementos de la dependencia se encarguen de agilizar el tránsito.
Veremos entonces si ese grupo de agentes de vialidad serán suficientes para evitar el caos que se ve inminente en las calles y avenidas de Xalapa, con la consecuente desesperación de conductores, en el regreso a clases.
Al parecer, lloverán mentadas. @luisromero85