Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Dos años
Para la sucesión en Veracruz faltan más de dos años; antes de eso habrá de celebrarse, en 2015, la elección federal intermedia para la renovación de la Cámara Baja. En ese contexto, los partidos políticos trabajan en dos pistas: la selección de candidatos para el proceso del próximo año y las contiendas internas entre sus aspirantes a buscar el poder ejecutivo de la entidad.
Se trata de temas diferentes pero que aparecen entrelazados porque de los resultados del próximo año podría depender la selección de los candidatos en 2016.
En el caso del Partido Acción Nacional, ya con su nueva dirigencia estatal –que entrará en funciones este año–, 2015 será el termómetro para medir el resultado de la aparente alianza entre los grupos internos; veremos también quién se perfila para aparecer en las boletas electorales de 2016; y observaremos el resultado de esa unidad y lucha de contrarios: por un lado, Miguel Angel Yunes, José Mancha y Joaquín Guzmán Avilés; por el otro, Julen Rementería, Enrique Cambranis y Juan Bueno.
En el otro frente de batalla, para el Partido Revolucionario Institucional, 2015 también será el año que podría definir el rumbo de la sucesión en el ejecutivo: a los dos aspirantes claramente identificados, Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla, se sumarían algunos diputados federales que serán electos el próximo año; de antemano, se mencionan los nombres del actual coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Alberto Silva Ramos, quien buscará la curul federal por el distrito de Tuxpan; y el secretario General de Gobierno, Erick Lagos Hernández, quien será postulado por Acayucan.
Esas dos opciones del PRI, Silva Ramos y Lagos Hernández, se fortalecerían de pasar, como así parece, la propuesta de una gubernatura de dos años, que iniciaría en 2016 y concluiría en 2018, para que el ejecutivo que entre en funciones ese año sea electo en el mismo proceso que el próximo presidente de la República.
Por otro lado, para que esas cartas del grupo en el poder sean realmente viables, no sólo deberán ganar las elecciones en sus respectivos distritos, sino, literalmente, avasallar a la oposición y, en ese sentido, una clara ventaja lleva el vocero del gobierno veracruzano, quien ya fue alcalde de la cabecera distrital y secretario de desarrollo social en el estado.
Del Partido de la Revolución Democrática mejor ni hablar porque a pesar de que su dirigente estatal, Sergio Rodríguez Cortés, diga que se postulará a un candidato ciudadano de probada calidad moral y trayectoria, lo cierto es que salvo el actual diputado federal por el distrito de Xalapa, Uriel Flores Aguayo, el Sol Azteca no cuenta con personajes de talla estatal que puedan representar una competencia real en una elección Constitucional; por si fuera poco, la presencia del PRD en Veracruz se ha reducido considerablemente en la última década.
Para aclarar un poco el panorama, lo que falta es saber si se modificará la Constitución Política del Estado para dar paso al periodo de dos años en la gubernatura; en ese punto ya han coincidido PRD y Movimiento Ciudadano, así como una de las fracciones más importantes del PAN. En recientes declaraciones, incluso, el gobernador Javier Duarte ha dejado abierta esa posibilidad, que convence a muchos actores y protagonistas de la política estatal menos, por supuesto, a los directamente afectados. @luisromero85