¿A quién corresponde defender?
Xalapa, desigualdad y pobreza
El jueves 19 de junio, Rosario Robles, titular de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal estuvo en Veracruz, donde encabezó, junto con el gobernador Javier Duarte, la toma de protesta a los comités comunitarios y la entrega de apoyos a los beneficiarios de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Dos semanas antes, la dependencia anunció una ampliación en el número de municipios inscritos en dicho programa, de 33 originalmente planteados a 85 beneficiados; es decir, 52 municipios más que lo establecido en la primera etapa de la Cruzada.
Lugares pobres y marginados, como Alpatlahuac, Aztacinga, Ayahulaulco, Chumatlán, Coxquihui, Coyutla, Espinal y Ixcatepec, entre muchos otros, fueron inscritos; incluso, municipios como Boca del Río, Huatusco, Martínez de la Torre y Poza Rica también fueron considerados, sobre todo, por las condiciones de vida y las fuertes carencias que prevalecen en las colonias que se han convertido ya en cinturones de miseria.
Cualquiera pensaría que Poza Rica, Boca del Río o la propia capital veracruzana no requieren ser inscritos en los programas asistenciales; sin embargo, la realidad de las colonias es otra.
Para comprender los niveles de pobreza en puntos como Xalapa no es necesario remitirnos a las estadísticas oficiales, es suficiente con visitar las colonias populares, donde los servicios básicos son insuficientes; sin embargo, si acudimos a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, entenderemos mejor la realidad.
En Veracruz, de acuerdo con el más reciente censo poblacional, hay más de 7 millones 643 mil habitantes y poco más de 1 millón 983 mil viviendas; de éstas, más de 460 mil no tienen agua entubada; y 300 mil no cuentan con drenaje sanitario. Las carencias sociales, que determinan el grado de rezago, ubican al estado arriba de la media nacional: el porcentaje de rezago educativo en el país, por ejemplo, es de 19.2 por ciento; en Veracruz llega al 25.8.
Igual ocurre, aunque con diferentes porcentajes, en prácticamente todos los indicadores de carencias sociales: acceso a la salud, seguridad social, calidad y espacios en la vivienda, servicios básicos y alimentación; en todas esas variables, la entidad tiene números que superan a la media nacional.
Y cuando uno pensaría que pobreza, rezago y marginación se encuentran, sobre todo, en el medio rural, el reporte de la Coneval nos regresa a la realidad: en Xalapa, casi 100 mil personas mayores de 15 años cuentan con educación básica incompleta; y 172 mil xalapeños están al margen de la seguridad social. En el Puerto de Veracruz, 129 mil adultos no tienen educación básica; hasta el 2010 había 6 mil viviendas con piso de tierra y mil 600 no contaban con excusado o sanitario.
Es Veracruz un estado de contrastes y profundas desigualdades sociales porque en los municipios más desarrollados del estado, como Veracruz, Poza Rica, Xalapa y Coatzacoalcos, además de exclusivos fraccionamientos también existen muchas colonias cuyos habitantes enfrentan pobreza y carencias, marginación y rezago.
Por ello es importante que los programas asistenciales y las acciones gubernamentales para enfrentar esos problemas no se concentren en las zonas rurales, sino que también se enfoquen a las áreas urbanas empobrecidas. Lamentablemente, no hay Cruzada Contra el Hambre que sea suficiente, si no se acompaña con educación, seguridad y generación de empleos. @luisromero85