Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
El reto panista
Las diferencias entre los grupos internos del Partido Acción Nacional no son nuevas y hasta podríamos calificarlas como normales dentro de cualquier instituto político, porque además de ideas comunes también existe la confrontación por espacios, posiciones y candidaturas.
Igual ocurre en el Partido Revolucionario Institucional, aunque ahí las diferencias no se dirimen de manera pública; tenemos un ejemplo en el proceso de selección del candidato a la presidencia municipal de Xalapa en 2010; Américo Zúñiga era secretario del Trabajo y se perfilaba como el más viable aspirante a suceder a David Velasco Chedraui; sin embargo, en el camino de Zúñiga Martínez se interpuso la ex diputada federal Elizabeth Morales García, quien finalmente fue postulada debido a que garantizaba una mayor votación para su partido. El hoy alcalde tuvo que esperar tres años para ocupar esta posición, tiempo suficiente para alimentar los resentimientos que hoy se reflejan contra su antecesora.
Igual ocurre en el Partido de la Revolución Democrática, donde la división y el enfrentamiento entre las tribus resultan ya proverbiales y predominan las acusaciones y descalificaciones mutuas.
En el caso de Acción Nacional, dos grupos se han conformado en el escenario estatal: por un lado, el que encabeza Miguel Angel Yunes Linares, integrado también por Víctor Serralde Martínez, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés y José Mancha Alarcón; y por otro, el llamado grupo estatal, en el que se encuentran Tito Delfín Cano, Julen Rementería del Puerto, Juan Bueno Torio, Germán Yescas y Enrique Cambranis Torres.
Son esos los dos grupos que predominan en el blanquiazul veracruzano, mismos que ya han medido fuerzas anteriormente, en la selección de consejeros, en la elección del dirigente nacional, y actualmente en el proceso de renovación del comité estatal.
El más reciente desacuerdo ocurre actualmente con el tema de la reforma electoral veracruzana: en su propuesta ante la Legislatura del Estado, la bancada panista propuso que el próximo gobernador de la entidad ocupe el cargo durante un periodo de dos años. Siendo Miguel Angel Yunes uno de los aspirantes al cargo, se inconformó con dicha iniciativa, presentó sus argumentos y acudió al comité nacional del partido para que esta instancia intervenga y llame a cuentas al coordinador de la bancada panista, Julen Rementería del Puerto.
El pasado 20 de junio, el ex alcalde de Veracruz retó a Yunes Linares a debatir sobre el tema de la homologación de las elecciones locales con los procesos federales. El ex director del ISSSTE, por su parte, se apresuró a tomarle la palabra y aceptó el duelo verbal. Las partes acordaron entonces que el intercambio ocurriera este viernes 27 del presente en la sede del poder legislativo veracruzano.
Ayer, sin embargo, el pleno de la Legislatura acordó que no se usen sus instalaciones para dirimir los conflictos internos de los partidos políticos.
Hubo reacciones: Agustín Basilio de la Vega, representante del PAN ante el órgano electoral, consideró que el espacio apropiado para ese debate es la propia sede del partido y no el Congreso veracruzano, que tiene otros fines. No le falta razón, sobre todo porque el edificio de la Legislatura no debe convertirse en el cuadrilátero donde los partidos resuelvan los asuntos polémicos de su vida interna. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/