Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Michoacán y Veracruz
La inseguridad amenaza prácticamente a todos los sectores de la vida productiva. En la última década, la delincuencia organizada ha recurrido a métodos cada vez más violentos y la lucha entre bandas y cárteles por el control de territorios ha quedado en segundo término, porque ahora el secuestro y la extorsión constituyen la principal preocupación del mexicano.
El pasado 5 de mayo, el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, desestimó la situación de su estado en materia de índices delictivos y declaró que su entidad es más segura que Jalisco, Tamaulipas, Morelos, Estado de México y Veracruz, debido a que los trabajos de vigilancia son realizados por la federación.
Lo que no dijo Vallejo Figueroa es que el gobierno federal determinó asumir el control de Michoacán debido, primero, a la situación insostenible en materia delictiva y, segundo, sobre todo, a que el gobierno local literalmente estaba bajo control y comiendo de la mano del hampa.
Aunque no llega a los extremos del Estado de México, Guerrero, Morelos y Tamaulipas, en varias regiones de Veracruz la inseguridad y la presencia de grupos delincuenciales son temas preocupantes.
De 2006 a 2008, por ejemplo, el índice delictivo que registraba la zona norte del estado, desde la Huasteca Alta a la región del Totonacapan, pasando por Poza Rica y las sierras de Chicontepec y Otontepec, era alarmante y constantes eran los secuestros, las extorsiones y los homicidios relacionados con la delincuencia organizada.
Después vino la crisis en materia delictiva, que puso a Veracruz en el mapa de la nota roja nacional. El 2010, la guerra del gobierno federal contra las bandas delincuenciales tuvo en la entidad a uno de sus campos de batalla; probablemente, la cúspide de ese problema llegó con el asesinato de 35 personas que fueron encontradas frente a una plaza comercial de Boca del Río.
De manera más reciente se han registrado brotes relacionados con la presencia de bandas que se dedican a delinquir en diferentes regiones de Veracruz, pero sobre todo en el norte veracruzano.
Hace unos días, un enfrentamiento a balazos en el centro de la cabecera municipal de Papantla causó zozobra entre una población acostumbrada a la tranquilidad.
Debido a ello, el gobernador del estado trasladó su conferencia de prensa a ese municipio, donde realizó dos anuncios en materia de combate a la delincuencia: primero, el fortalecimiento del programa “Blindaje Norte”, que tiene como objetivo reducir los niveles de inseguridad con una mayor presencia de la policía estatal y con la suma de esfuerzos de los cuerpos federales; segundo, que se instrumentarán acciones conjuntas con las entidades con las que Veracruz tiene límites territoriales comunes.
En Martínez de la Torre, el viernes 9 de mayo, Javier Duarte de Ochoa se reunió con su homólogo de Puebla, Rafael Moreno Valle, y con los representantes de las Secretarías de Marina y Defensa Nacional, para establecer acciones que refuercen la seguridad y la prevención del delito en la zona limítrofe.
Se trata de reconocer, enfrentar y buscar la solución a un problema que es evidente; y no desentenderse y negar la realidad, como ocurre en el estado de Michoacán. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.