PAPANTLA, Ver., 21 de marzo de 2014.- El Festival de la Identidad Cumbre Tajín es un ejemplo global de regeneración del patrimonio cultural, un gran logro compartido con las comunidades originales y reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), afirmó el gobernador Javier Duarte de Ochoa, durante la inauguración de este importante evento en su edición número 15.

Este jueves por la tarde y en el Kantiyán, el gobernador recibió el bastón de mando de manos del presidente del Consejo Supremo Totonaco, Juan Simbrón Méndez, y acompañado por su esposa Karime Macías Tubilla, aseguró que, a 15 años de su celebración, Cumbre Tajín “está más viva que nunca” y se convierte una vez más en una ventana para promover la grandeza y esplendor de las culturas indígenas. “Es gran espacio para vivir, celebrar y extender nuestro patrimonio cultural”.

En su mensaje inaugural, el titular del Ejecutivo destacó que se trata de un espacio que simboliza el espíritu de las tradiciones veracruzanas, un festival donde confluyen el arte, la cultura y la historia con una visión armónica y de equilibrio con el mundo donde vivimos. “La riqueza cultural, natural y humana, se unen para mostrar a uno de nuestros mayores tesoros: la Cumbre Tajín, desde aquí hemos logrado proyectar a Veracruz, y en estos primeros tres lustros hemos logrado fincar un mejor porvenir, en un pasado glorioso”, aseguró ante autoridades federales estatales y municipales.

Duarte de Ochoa comentó que año con año asisten más de 400 mil visitantes de más de 60 países a la Cumbre Tajín, y se han generado siete mil empleos a partir de la ocupación hotelera en la región durante el Festival. Además se mantiene afluencia turística de casi un millón de visitantes a lo largo de todo el año, lo que posiciona mundialmente a nuestra cultura Totonaca.

“Del modelo Cumbre Tajín destacan tres resultados que lo confirman a la vanguardia en la regeneración de nuestro patrimonio: el reconocimiento de la Ceremonia Ritual de Voladores como Patrimonio Cultural de la Humanidad, otorgado por la Unesco, la apertura del Centro de las Artes Indígenas (CAI), y la inclusión de éste en la Lista Mundial de Mejores Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, del mismo organismo internacional”.