Pescadores rescatan tortuga lora en Antón Lizardo
SAN PEDRO SOTEAPAN, Ver., 18 de junio de 2015.- Una enorme tragedia vive la familia Cruz Márquez. Aarón y su esposa Lidia, junto con sus dos pequeños hijos, se fueron a los campos agrícolas de Sonora en busca de un sustento económico por algunos meses, mientras la cosecha de tomate y chile demoraba. Jamás imaginaron que les cambiaría la vida de manera drástica y dolorosa.
Gibrán Alexander, uno de sus hijos con apenas siete años de edad, padecía de una enfermedad congénita llamada hemofilia: incapacidad de la sangre para coagular, motivo por el cual sus padres lo dejaban junto a su hermano en una guardería que se encargaba de cuidarlos en tanto ellos trabajaban.
El pasado domingo, luego de cumplir con una larga jornada laboral, al llegar a buscar al niño, los encargados les dijeron que Gibrán Alexander se había caído y había muerto.
Los padres, sin creerlo, empezaron a realizar los trámites para poder trasladarlo a San Pedro Soteapan, de donde son originarios, y darle cristiana sepultura.
Solicitaron apoyo a la empresa Desarrollo Tecnificados Agrícolas para enviar a la familia de Sonora a Veracruz; sin embargo, les pusieron trabas, pues sólo accedió a apoyarlos con 50 por ciento del costo del avión hasta Ciudad de México para trasladar el cuerpo del pequeño. A ellos los mandaron en camión, transbordando hasta su lugar natal.
Noé Cruz, padre de Gibrán, explicó que solicitaron a la empresa que los mandara a todos por avión, “pero nos dijeron que era mucho dinero para ellos”.
“Si nos hubieran avisado a tiempo cuando se cayó, le hubiéramos dado el medicamento para que su sangre coagulara y nada de esto hubiera pasado. No es posible que nos hagan esto, trabajé con ellos seis años, yo pagué dos mil 200, para que trajeran a mi hijo de México a Sotepana, y mi esposa y yo tuvimos que venirnos transbordando».
En su pueblo, esperaban el cuerpo del pequeño desde la madrugada de este jueves, pero fue hasta las 5 de la tarde cuando la familia recibió a Gibrán Alexander es su humilde vivienda.
Aarón Cruz Cruz y Lidia Márquez Cruz dejaron la comunidad de San Fernando, lugar donde vivían en forma precaria desde marzo. Salieron a Los Llanos Sonora, a una pizca más de tomate, como lo venían haciendo desde hace ocho años.
Los campos agrícolas, lejos de ser un lugar de esperanza, se han vuelto el terror de cientos de jornaleros que tienen que sufrir vejaciones con tal de ganarse 150 pesos al día.
Allí 30 personas trabajan diariamente, según relatan para la agencia Quadratín Veracruz los padres del pequeño Gibran.
La familia denunció que los tienen trabajando de manera inhumana, el capataz les dice allí solo manda él, los jornaleros no tienen voz ni voto.
«Tienes que llevar tu bote, tu propia tijera para trabajar, si tú quieres comprarlo la empresa te lo vende y te lo descuenta de tu salario».
“Mi esposa y yo somos personas que no tenemos recursos, buscamos trabajo en ese lugar (Sonora) por necesidad y mira, sólo fuimos a que nuestro hijo muriera», expresó entre sollozos el señor Noé Cruz Cruz.
Los familiares del pequeño Gibrán Alexander están desconsolados, han gastado todos sus ahorros en pasajes y velorio, pero hay algo que duele más que todo y que no lograr entender, la pérdida de su niño.
Hicieron un llamado a la población que done en especie o en efectivo para poder salir adelante, pues su situación es precaria.