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XALAPA, Ver., 30 de abril de 2014.- Adriana es empleada de una zapatería en Xalapa, originaria del municipio de Yecuatla, tiene 17 años y dos hijos. Su esposo emigró hacia Estados Unidos con la finalidad de emplearse y así poder ofrecer una mejor calidad de vida para su familia; sin embargo el panorama no es alentador, pues con apenas la primaria terminada, no tuvo más opción que emplearse en el primer espacio donde le dieran la oportunidad de trabajar, motivo por el cual se vio en la necesidad de dejar a sus hijos de cuatro y dos años al cuidado de familiares.
“El primero fue cuando tenía 13 años, mi esposo ya tenía 19, pero no estudió, y yo nada más terminé la primaria. Él se fue a Estados Unidos cuando ya teníamos al segundo bebé, me mandaba dinero, pero no me alcanzaba y tuve que venir a Xalapa a trabajar. (…) Los niños viven con mis cuñados, pero me cuesta verlos porque el pasaje está muy caro y me pagan muy poquito, 800 pesos a la quincena”, comentó
Adriana no conocía métodos anticonceptivos, y nunca tuvo la opción de interrumpir su embarazo, de acuerdo con sus declaraciones, sufrió de diversas complicaciones al momento de dar a luz, pues presentaba una situación de salud complicada derivada de su mala alimentación y la poca atención prenatal que recibió.
Resistencia en servicios de salud
Lo anteriormente narrado por Adriana, concuerda con las declaraciones del coordinador estatal del programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaria de Salud del Estado, Rodolfo Sousa Hernández, quien argumenta que las principales causas de los embarazos en niñas, son la resistencia social e institucional que persiste a los métodos anticonceptivos existentes, por lo que a pesar de que se han destinado recursos históricos en materia de prevención del embarazo en menores, las cifras continúan siendo altas.
“Hay dos partes que tenemos que vigilar, la resistencia de los adolescentes a accesar a los métodos anticonceptivos y a los elementos para su protección a infecciones de transmisión sexual y la resistencia de los adultos a proporcionárselos, y ahí métanos usted a todos, institucionales y no institucionales, ¿Usted le daría un condón a su hija?, es lo mismo que nos está pasando en todos los niveles, tenemos una brecha cultural, generacional que tenemos que aprender a validar cual ha sido el desarrollo de la sexualidad en estos días”.
En ese sentido, insistió en que lo único que está en manos de la Secretaría de Salud, es la tarea de prevención, y posterior al embarazo, la atención oportuna de las niñas que lo experimentan, además, hizo especial énfasis en que la capacitación del personal de los servicios de salud de Veracruz, debe ser permanente, pues se requiere mayor sensibilidad para tratar estos casos.