
Raúl López Gómez/Cosmovisión
El deporte en la construcción de un país más equitativo.
El deporte desempeña un papel importante en la formación de los hombres, pues desarrolla y perfecciona el órgano con que el hombre piensa: el cerebro. Hoy en día, el hombre es el amo del planeta, el que domina todas las demás especies vegetales y animales, el que domina a la naturaleza que lo rodea. Y esto es posible en lo esencial gracias a dos cosas: primero, el desarrollo del cerebro y, segundo, el de sus manos.
Un deportista puede tener brazos y piernas fuertes y bien formadas, pero si no las conecta al cerebro de nada le servirán, porque es éste el que trabaja de manera rápida, penetrante y con energía para tomar en el momento adecuado la resolución correspondiente y darle el triunfo al equipo. Un hombre que no hace deporte, es un hombre pobre de su cerebro, es enfermizo y no piensa vigorosamente, debido a que su cerebro no se irriga lo suficiente y sus ideas siempre estarán por debajo de aquél que tiene un cerebro sano y perfectamente oxigenado e irrigado, gracias a la actividad deportiva. Por ello, practicar un deporte es un arma muy importante en la formación de mejores hombres y mujeres. Lástima de aquéllos que no hacen deporte, ya que nunca sabrán lo que hubiesen hecho siendo deportistas y lo más lamentable es que nunca sabrán todo lo que perdieron.
Es importante razonar este tema, debido a que muchos confunden enseñar con educar, cosa que no es cierta. Hoy en día el Sistema Educativo Mexicano enseña a nuestros jóvenes, pero no los educa; les mete en el cerebro fórmulas, ecuaciones, leyes, conceptos, palabras, etc., pero la educación es otra cosa. Hay personas que saben mucho pero están mal educadas.
Educar significa hacer que el hombre se proponga un objetivo trascendente en la vida, que sepa para qué nació y hacia dónde va; que sepa qué quiere hacer en la vida, a dónde quiere llegar y al final qué metas logró alcanzar. Una vez decidido el objetivo vital debe escoger también el camino correcto para alcanzarlo. Pero hoy en día, prácticamente no se educa en ninguna parte, y por tanto, niños, jóvenes, adultos y ancianos estamos sometidos al bombardeo de estructuras que llenan este vacío social, pero no pensando en los intereses del pueblo trabajador, sino en los intereses de clase de los dueños de estas estructuras, como son la televisión, el cine, las revistas, el narcotráfico, el tabaco y el alcohol. Nos educa pues todo el ambiente que nos rodea. Es una educación corruptora que está pensada para que crezcan los negocios de aquéllos que supuestamente nos educan, pero que en realidad sólo nos manipulan para sus propios intereses. Sin percatarnos, pensamos, queremos, deseamos, gustamos y apreciamos lo que estas estructuras quieren que hagamos en todos estos aspectos. Lo malo consiste en que lo que nos inculcan es para bien de las clases poderosas, no para el bien de toda la sociedad ni para la elevación del ser humano.
Por eso campañas políticas van y vienen, y todas parecen una calca de la otra, los políticos no se cansan de repetir las mismas maniobras, los mismos discursos y las mismas promesas. Si éstas se hubieran cumplido, el discurso ya hubiera cambiado, pero siguen prometiendo debido a que nunca han cumplido, y eso no es lo peor, lo más grave consiste es que el pueblo mexicano lo acepta, se queda pasivo ante esto que no debería ocurrir.
El pueblo no discierne el engaño y no exige otro tipo de política debido a que lo tienen adormecido a través de los medios masivos de comunicación que forman su opinión. Todos los hombres nacemos con la capacidad innata para pensar, pero muy pocos sabemos que el pensamiento humano se puede educar; que aquella capacidad innata para pensar no basta para entender la vida, los problemas sociales ni las causas profundas de los mismos, y mucho menos para encontrar a los responsables de dichos problemas y encontrar la solución de ellos. Es necesario pues que el pensamiento humano se eduque y se afile para que se haga más cortante y penetrante.
Mientras los mexicanos no aprendamos a penetrar en el fondo de los problemas sociales y a buscar soluciones y exigirlas, las clases poderosas seguirán tomándonos el pelo, engañándonos campañas tras campañas en los procesos electorales. El pueblo mexicano debe despertar, organizarse y exigir le den lo que es suyo; que ya basta de promesas incumplidas, de políticos improvisados que nos conquistan con despensas, playeras, publicidad, etc. Merecemos una patria más justa y equitativa porque México tiene riquezas inmensas y quienes la crean son los trabajadores, es decir, los obreros y los campesinos.
Y en esta gran tarea de despertar al pueblo, de abrirle los ojos, la mente y llevarlo a conquistar un país más equitativo, el deporte es una herramienta fundamental, ya que desarrolla y perfecciona el cerebro: desarrolla la inteligencia, templa el carácter, enseña a reaccionar con agilidad, a trabajar en equipo, con disciplina, y a formar a un hombre triunfador. Esencialmente en este sentido, el Movimiento Antorchista promueve e impulsa el deporte entre las clases populares de México, porque, como lo hemos dicho, queremos un país más equitativo y llevamos ya 40 años luchando en contra de la pobreza en México.
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