Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
El Juego del Hombre
El fútbol es sano como deporte y más sin las costumbres amañadas que el profesionalismo aporta a la rutina del deportista (soberbia, fingir, exagerar, desplante de lujos y no de técnica).
El fútbol como deporte es bueno: asocia, une en causa común, crea alianzas, ofrece identificación, vaya, es un deporte y por lo mismo, es bueno, es de libre elección, de libre pensamiento, sólo se debe estar de acuerdo en las reglas básicas y en el lado para el que se jugará.
El lado oscuro es el negocio, el negocio del fútbol es el que está en contra de esa libertad, de su limpieza, ¿para qué unir a la gente cuando se le puede gobernar?, por medio de la obsesión, controlando el amor que se deforma en fanatismo, en consuelo ante el mal aquejante que es la vida misma: la realidad de una sociedad manipulada precisamente, por aquellos que hacen negocio de todo, como en el fútbol.
A la hora de ganar dinero, cuando se quiere ganar no sólo dinero, sino MUCHO dinero y con poder, nada puede dejarse a la libertad, a la inspiración ni al talento del momento oportuno… todo debe ser planeado, manejado en cada engrane, incluso algo tan circunstancial como el gol, debe ser regulado, todo en dirección a que las ventas, el público y las ganancias sean grandes, sean desmedidas, porque el negocio del negocio, al final de cuentas es el negocio.
Así mismo, cuando uno quiere que el poder iguale al dinero, para que la ganancia sea exorbitante, el control sea casi total y las pérdidas tarden o nunca lleguen, es necesario controlar también los ejes de un gobierno que puede ser contrapeso, una alianza nacida del sincero sentimiento de ser el que manda… entonces se necesita invertir un poco más, en un gobierno y personas capacitadas y bien preparadas para obedecer.
Entonces ya tenemos servidores públicos que no sirven al público, un deporte del pueblo que se usa para adormilarlo: comediantes, payasos, mujeres en minifaldas y una gran cobertura para que en lo posible, la gente esté pendiente de algo más que de sus destinos…
Y entonces la pregunta es para quienes están moviendo todo esto: ¿Es esto un deporte o sólo es un juego?
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