Denuncian ola de robos en comercios del centro de Veracruz
XALAPA, Ver., 8 de octubre de 2015.- Uno de los impactos que generaría el incremento del impuesto de 2 a 3 por ciento a la nómina sería un efecto dominó que afectará a los veracruzanos, indicó el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Veracruz, Jesús Castañeda Nevárez.
A pesar de ello, en Conexión Veracruz expuso que si el gobierno se aplica y destina esos recursos recaudados para obra pública, para infraestructura, habrá un efecto virtuoso en el que “este impuesto creará de manera directa más nómina, cerraríamos efectos virtuosos, todos entraríamos en una dinámica distinta en nuestra economía”.
Dijo que el primer impacto del gravamen se dará en el ámbito político, “porque la gente ya está muy molesta, y pensar que nuestros representantes populares no actúan como tal, sino que están atendiendo instrucciones, podría traer como consecuencia que el próximo proceso electoral esté aderezado por estos temas, de los que muchos sacarán raja política”.
Insistió que lo que causa malestar a los empresarios es que no hay claridad del destino de los recursos recaudados, pues las cantidades son enormes, “rebasan los 5 mil millones de pesos y no sabemos a dónde fueron a parar, cuál haya sido su uso, por ello hablar de este gravamen resulta fuera de lugar”.
Explicó que la Ley de Cámaras y Asociaciones señala que las cámaras son órganos de representación y consulta, por lo que cualquier política pública que tiene que ver con el sector productivo debe consultarse a estas asociaciones, e ignorarlas representa un desdén desafortunado, “porque somos los obligados a esta contribución”.
Comentó que en estos momentos, con una economía deteriorada, disminuida, hablar de incrementos representa un duro golpe, “no estoy seguro que tanto nos vaya a afectar para mantener la plantilla laboral, pero seguramente sus prestaciones se verán disminuidas, porque este impuesto no es deducible”.
Castañeda Nevárez aceptó que el gravamen afectará a todos, pero principalmente “nuestro ánimo, cuando estamos animados hasta los problemas son más fáciles de resolver, porque ‘al mal tiempo mala cara’, pero si la sociedad se está desanimando y cada vez cree menos en las instancias de gobierno y las de servicio público, esto nos llevará a un desconcierto, y el capítulo final no será nada bueno”.
Para concluir, dijo que si hubieran llegado las participaciones federales por 5 mil millones que no llegaron al fideicomiso, no tendríamos la necesidad de este gravamen, “no hay transparencia, claridad, certidumbre, no sabemos qué tenemos que creer”.