
Realiza Club Rotario de Poza Rica conferencias con ponente internacional
CÓRDOBA, Ver., 7 de agosto de 2015.- Al mediodía de este viernes, bajo un intenso calor, alrededor de 500 personas acompañaron a su última morada a la pequeña niña y a su papa, quienes fallecieron luego de ser atropellados por una patrulla de la Policía Estatal el pasado miércoles por la noche en la colonia Paraíso.
El incandescente sol reflejaba sobre la carroza que llevaba los dos féretros, uno blanco y el otro de color oscuro, el cual transportaba los restos de Alfonso Reyes, de 35 años de edad, quien el miércoles por la noche salió a hacer las compras con su familia sin pensar que jamás regresaría.
El cortejo fúnebre partió de la iglesia de San Juan Bosco, donde alrededor de las 11:00 de la mañana se ofició la misa para después trasladarse al cementerio municipal.
El río de gente caminó en silencio total, sólo con una sombrilla para cubrirse de los intensos rayos del sol; de pronto escapaba alguno que otro murmullo y los sollozos de la tía de la infante y su hermanito, de seis años. Cuadras más adelante, entonaron cantos religiosos.
Las puertas del cementerio se abrieron para dar paso a la carroza, seguida del multitudinario contingente. Una vez ahí, iniciaron con la sepultura de la niña de tan sólo 3 años y 8 meses. Junto a su féretro, permanecía estático su pequeño hermano y su tía con una muñequita, la preferida, que la acompañó en el ataúd.
Posteriormente, los restos de Alfonso Reyes fueron sepultados en el otro extremo del cementerio, pues sus familiares pidieron que fueran depositados junto a su abuela materna.
Los familiares de los fallecidos pidieron a los medios ahí presentes no grabar por respeto a los deudos, y permanecieron en total silencio, no hubo protestas ni consignas contra los responsables del homicidio culposo de Alfonso y su hija.