José Ureña/Teléfono rojo
TRADICIÓN Y ORFANDAD
** Los que viven en la ciudad de Veracruz acaso en su mayoría, ya no lo perciben: pero basta que el visitante estatal ó nacional le haga la observación para que caiga en la cuenta de cómo está la ciudad emblema del estado, y no sale bien librada.
** La ciudad de Veracruz es entrañable en todos sentidos y no solo por las referencias, ciertas o no, atribuibles a su vida y su gente: intensa, hermosa, vibrante, se la ha dejado a merced de sus depredadores modernos: los de casa y los foráneos.
** Es feo el término, pero es así, visto los resultados: se depreda cuando no se cuida el entorno y solo se alimenta vorazmente, de el.
** La próxima semana se hará el anuncio oficial de parte del ayuntamiento, sobre un programa con el INAH-Veracruz, donde prácticamente le rogarán, ese es el término, a una docena de propietarios de más de 100 edificios en el perímetro del Centro Histórico, para que «por favor» y «en nombre de Veracruz» se ocupen de sus propiedades.
** El más claro ejemplo de la depredación: por estos dueños, la ciudad de Veracruz mantiene ese «aire» a ruina y abandono en amplios sectores: con el pretexto de los altos costos que supone ser propietario de un inmueble incluido en el catálogo del instituto Nacional de Antropología e Historia, pasan décadas sin invertirles un solo peso: dejándolos materialmente caer.
** Casi todos los propietarios viven en la Ciudad de México o en el extranjero: de sus «rentas» y de ingresos obtenidos por diversos inmuebles. Por ello los edificios «viejos» no les importan lo mínimo.
** La ley en este sentido está amarrada de las manos: el INAH está mal visto por sus «intervenciones» y pocos saben ver y aprovechar, la Nobleza de esta institución nacional y sacarle jugo del bueno, al hecho de que tenemos una delegación nacional con sede en la ciudad de Veracruz: sus resultados, cuando se trabaja y coopera con el Instituto, son estupendos, en materia de rescate y preservación de inmuebles.
** Hace falta mucho trabajo por difundir qué puede hacer el INAH por el rescate de la ciudad de Veracruz y aquí es meritorio el esfuerzo que pretende impulsar y coordinar el ayuntamiento que preside Ramón Poo: pero será imperativo mostrar algo mas que buena intención: porque durante décadas, este puñado de dueños de «medio Veracruz», se han negado a restaurar sus propiedades y aducen siempre la falta de dinero, a pesar de que muchos de ellos repetimos, viven en el extranjero.
** En este sentido la ciudad es huérfana: sus antiguos dueños la han abandonado literalmente. Pocos viven aquí. Pero siguen viviendo de ella: los ejemplos se multiplican en esta que no llega a ser veintena de dueños, algunos que solo pisan la ciudad en invierno y solo para «el papeleo» que supone la «engorrosa» propiedad.
** Para algunos, estos edificios les siguen dejando rentas nada despreciables: y no todas «congeladas» hay que aclarar; la mayoría de estos propietarios lo son de otros edificios en el perímetro del CH que aunque no son «históricos» reciben los beneficios que les supone tener propiedades en esta área ( prediales baratísimos, apoyos en pintura y mano de obra de fachadas, pagados con los Impuestos de todos los del resto que vivimos en Veracruz; e incentivos adicionales con el Fisco) y aún así, se mantienen renuentes a cooperar.
** Veremos, la próxima semana, cual es el nivel de convocatoria que tendrán el INAH y el ayuntamiento, para estos desarraigados y nada amorosos, propietarios.
** El Congreso de Veracruz, acusado de poco productivo por algunos de sus mismos pares, debería de voltear hacia esta problemática: legislar en beneficio de la restauración de los centros históricos de nuestras ciudades, no solo apelando a la buena voluntad de los propietarios, sino poniendo «dientes» a reglamentos y disposiciones ya contempladas en la Ley del INAH y en las del Cabildo: en otras ciudades mexicanas solo así han podido rescatar de la ruina y el abandono los legados arquitectónicos e históricos. Solo así.
** A la par de sus ruinas, la ciudad de Veracruz por estos días de larga Vacación anual de Verano, luce horrible: invadidas todas sus calles del Centro Histórico por una «oleada» de «traperos» o «viene-viene» a los que la ferocidad de la nueva Ley de Tránsito y su Reglamento no toca ni con el aire de un trapazo.
** La mayoría de estos dueños de las calles no son de Veracruz eso es a ojos vista. Muchos son impresentables y agresivos, y en la práctica son ellos quienes controlan las calles y el tránsito vehicular: frente a los Cafés Parroquias protagonizan la exhibición de su Control y Poder. Ni un solo agente de tránsito está en las inmediaciones. Los sábados y domingos es tierra de ellos: incluso exigen «pago» apenas el conductor se apea del vehículo. Exigentes y prepotentes, impiden estacionar a quien saben no les dará dinero. Son literalmente una mafia.
** En Boca del Río hace unos años el alcalde sustituto Anselmo Estandía pretendió controlarlos: presionado por los comerciantes y los propios boqueños que veían, impotentes, la invasión progresiva de sus calles: algo se logró.
** Urge ya, que el Cabildo de Veracruz acometa la medida que muchos catalogarán de atropello a los «Derechos Humanos», pero serán los que no viven ni trabajan en el centro de la ciudad: los «traperos» son un peligro en todos sentidos y su profusión habla de las ganancias, libres de Impuestos, que obtienen. Y alegan que es un «trabajo», no lo es uno que utiliza la vía pública para lucrar a costa de todos.
** Este «trabajo» concediendo que lo es, solo debería dejársele a los ancianos que hoy se han visto desplazados de «sus» calles por estos abusivos. Hay muchos casos así por toda la ciudad: en una del mercado Hidalgo por ejemplo, un señor de la tercera edad tiene que compartir sus ganancias con un borrachazo bien comido que un día se le apareció en la misma acera donde incluso hay parquímetros: el espectáculo del abuso de un miserable a otro, es indignante.
** Si de trabajo se trata, el ayuntamiento puede capacitarlos en los Oficios urgentes que la ciudadanía necesita y que actualmente son requeridos y altamente demandados: estos hombres sanos fuertes y jóvenes no deberían estar en nuestras calles: hay muchos trabajos de plomería, fontanería, pintura, albañilería, carpintería, electricidad y un sin fin de servicios que podrían prestar. Si están en las calles es porque ya encontraron un filón donde se asolean un poco y ganan bien a las costillas de todos. Ya basta.
** La ciudad de Veracruz no se merece esto: y por todos los puntos atractivos se reproduce lo mismo: el Abuso como regla. En las playas los » palaperos» se suman y hacen un todo donde, a veces como ahora por estos días, la mayoría prefiere quedarse en casa o salir lo menos, y evitar el CH y todo lo que huela a «turismo».
** Por cierto: muchos se quejan del «montado» en el Parque Zamora: que eso no es una «Guelaguetza en Veracruz» sino un mercadillo de chácharas caras y feas. Los toldos, lonas y mantas están amarradas a las plantas en un concurso de fealdeades
propias de ferias de pueblitos perdidos; nada que ver con la hermoseada que pretenden con la remodelación del Centro Histórico: no vemos pues, que por ahí pudiera circular el exquisito de «Manolo» Ruiz. Las Direcciones de Comercio y Cultura del ayuntamiento deberían darse una vuelta por ahí: en efecto, no es la mejor «cara» para el turismo y los de casa.
QUE PASEN TODOS, UN PACÍFICO Y AMOROSO FIN DE SEMANA.