Víctor Sánchez Baños/Poder y dinero
EL PRIVILEGIO DE CONOCER, SABER, VER, APRECIAR, AGRADECER….
** Ruego a los Lectores la disculpa por mi ausencia de ayer en estos ambientes digitales: sin previo aviso, es descortesía.
** Pero les contaré que fue por sortear todos los obstáculos que supone, para la mayoría de los mexicanos que vivimos en provincia, viajar por estos días de vacación anual de verano, a nuestra capital, el corazón de la Ciudad de México y entrar, sin mayor trámite, a un tiempo sin tiempo: el tiempo suspendido de la obra de dos grandes del Genio humano: Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo Da Vinci, y quedar por ello sin Palabras, más que Emociones: el goce estético solo dable en la Humildad.
** Confirmo mis estimados Lectores, que la sentencia aquella de que «los viajes ilustran» realmente se queda corta: o no está debidamente utilizada: los viajes por sí solos no «ilustran», sino que lo verdaderamente ilustrativo es leer: conocer, saber antes que mirar; entender antes que ver; reflexionar antes que suponer que ya se sabe lo que apenas los Sentidos serán capaces de asimilar. En suma: aprender, antes de pretender.
** Y es que mis estimados, estoy emocionada de haber tenido la oportunidad de admirar, en el Palacio de Bellas Artes, la exposición que, por primera vez en toda América Latina, se presenta en nuestro país: y ya de entrada se tendría que apreciar esto: saber que la «pequeña exposición» como escuché ayer a muchos decir, es única en sí, y se tiene que amar a los autores para apreciar una pequeña muestra en efecto, de su genialidad y su obra.
** Es verdad que por estos días, el Palacio de Bellas Artes en el corazón de la Ciudad de México nuestra capital, ha roto su propio récord de visitas en su tercera semana de exposición: más de 100 mil visitantes han recorrido esta muestra que las prisas y la ignorancia de muchos, reduce a una hora: la entrada de la tarde por ejemplo, que es a las 5, da un margen de tres horas para apreciar, en su conjunto, una exposición perfectamente montada: una muestra pequeña, en efecto, de los dos genios vinculada además, a la obra de autores que en América y en México en particular, fueron influenciados por su escuela; así como obras que están en museos mexicanos, y que si se lee antes de asistir a verla, se comprenderá lo valioso del muestrario y se comprenderá también por qué no se permiten, como en cualquier otro museo del mundo, las fotografías de ningún tipo sean con flash o sin el.
** Lo que verán en Bellas Artes, si será «poco» como se quejó una señora de Hidalgo después de hacer, en efecto, una fila de cuatro horas para adquirir su entrada y la de su familia: porque es cierto que son muchas las horas que se emplean en la compra de los pases y después para esperar la hora condicionada de entrada: porque ha sido tal el «furor»mexicano por ver esta exposición, que por estos días la capital es un «hervidero» de provincianos, defeños y extranjeros; hecho que da mucho gusto por otra parte, porque aunque algunos se desencanten porque quien sabe qué esperaban ver, otros miles mas salen como esta reportera ayer: maravillados, encantados, emocionados y conmovidos.
** La exposición » Leonardo Da Vinci y la idea de la belleza» es una que por primera vez se exhibe en América Latina: con obra de este singular genio que, a quienes nos gusta, apasiona e intriga, es de agradecer esta pequeña muestra traída nada menos que de la Biblioteca Real de Turín: bocetos, ni mas ni menos, algunos muy pequeños que solo se aprecian parcialmente protegidos como están por los cristales y el propio enmarcado en sus «maría luisas» antiguas.
** Para los amantes de Da Vinci, esta muestra ofrece el regalo principal: uno de sus cuadernos, el «Códice sobre el vuelo de las aves» que solo verlo emociona al grado de imaginar la idílica oportunidad de tocarlo, pasar sus páginas, entender sus apuntes en finos trazos de tinta y los datos que revelan al Leonardo arquitecto, ingeniero, naturalista, creador único e irrepetible. El regusto de saber, que ese cuaderno, en una de sus esquinas por ejemplo (no está visible al público por supuesto) el genio apuntó la compra del día. ¿Qué era? Hay que leer.
** Y Miguel Ángel: la muestra más difundida y la primera que abre la exposición de un Buenarroti poco conocido por las mayorías y que encanta, y por la que han desfilado por estos días, entusiasmados visitantes de puntos de la geografía nacional tan opuestos y distantes como Mérida o Baja California; como Tabasco y Sinaloa, y que da por momentos la sensación de una romería bizarra y devota en la que los acentos distintos del habla mexicana se entremezclan en comentarios de » qué bonito», «qué belleza» «qué hermoso». Y otros tantos mas, decíamos, producto de la falta de Lectura, que ni al caso reproducir.
** La pieza principal de la muestra de Miguel Ángel es sin duda su Cristo Portacroce o el «Cristo Giustiniani» un portento de más de dos metros en mármol, del genio creador de esa otra obra monumental que es la Capilla Sixtina: y en esta pieza que no volveremos a ver a menos que viajemos a Italia, se concentra el arte y esplendor de este artista que rendía homenaje al cuerpo humano como síntesis y muestra de la perfección: por eso la desnudez y la genitalidad expuesta del mesías, y que a muchas señoras que no leen las toma por sorpresa.
** Otra pieza poco conocida del artista es su «David Apollo» de 1534, pieza cuya admiración tiene regusto a intriga: inacabada, ha movido a múltiples interpretaciones de lo que quiso o no mostrar el genio.
** La idea de visitar una exposición puede ser para muchos «la moda» de la temporada. Si es así, no venga al DF: ceda su espacio a otros. La muestra pequeña de Miguel Ángel estará hasta el 27 de septiembre. Y la de Leonardo hasta el 23 de agosto. No diré que «valen la pena» sería ofensivo desde mi punto de vista: apreciar lo que nos gusta, siempre va más allá de cantidades o de obstáculos y tropiezos.
** Si nunca ha visitado un museo: venga y quede cautivado el resto de su vida. Si no conoce a los dos artistas más que por referencias comerciales o muy mediáticas, esta es la oportunidad de conocer mas y quedar maravillado o tan prendado por ejemplo, del estudio para el rostro del ángel de la virgen de las rocas, o de un pequeño boceto estudio de una libélula.
** Sigo extasiada y el Diccionario A La Diabla, se espera para otros días.