Raúl López Gómez/Cosmovisión
De leyendas jarochas y otras cositas…
** De las “leyendas” urbanas de nuestra ciudad de Veracruz y su conurbación Boca del Río desde fines del 2014 y bien entrado ya este 2015: a la proliferación de restaurantes “chinos” que dice CANACO y Comercio del Ayuntamiento “son legales y pagan impuestos”; un nuevo fenómeno vemos aflorar ante nuestros impávidos ojos sin que por supuesto ninguna autoridad intervenga –ya dijeron que son legales y con eso les basta- porque no hay datos precisos ni pruebas, sólo digamos, la intuición y la lógica de los vecinos donde hay “chinos” y que ya son muchos, tanto restaurantes como los jóvenes que ahí laboran: todos varones, no se ven las mujeres y no se diga niños: y, han comenzado a desaparecer los perros callejeros. Entre otros fenómenos vecinales.
** Es una observación. Así como “repentina”. Producto de la observación de la señora de los chiles rellenos de la esquina de la colonia popular en la periferia norte de Veracruz; o el taquero que lo ha sido buena parte de sus 35 años, en el mero centro de Boca: se ven pocos perros ahora en las calles de la conurbación. Ya no tantos como antes.
** Antes digamos, de que el Centro de Salud Animal de Veracruz gracias a Ramón Poo fuera una Realidad e interviniera también en el rescate de muchos animales en situación de calle: que por cierto, los veterinarios y médicos especializados en el cuidado animal no terminan de digerir que sea la conductora radial “Marofis” la que dirija este CSA: porque por mucho amor y activismo en pro, no es médica. Pero eso es otra cosa, que algún día platicaremos.
** Volvamos a los “chinos”, que realmente los porteños y boqueños y los avecindados no sabemos si son realmente de China o son de Filipinas o de Malasia o de Corea o de cualquier otro país de los 47 que componen Asia: realmente lo ignoramos. Solo vemos cada vez más, una cantidad creciente de jóvenes “chinos” como aquí les dicen. En las noches, ya tarde, se les suele ver en grupos de hasta diez, hablando entre ellos, riendo, observando el trajín urbano, casi siempre congregados en torno a hombres que no rebasan la cuarentena. Durante el día, y de tanto en tanto, se les ve en parejas por las calles: jóvenes muy jóvenes. Y sin mujeres y niños.
** El único que hemos visto con mujer y con un niño de apenas 3 añitos, es un “chino” que se vino recientemente a Veracruz vía Campeche: al escuchar el “boom” admite, de los restaurantes en la conurbación. Él ya tenía uno allá, y ahora está en Boca. No le ha sido fácil al parecer. Igualó la oferta de “menús” que exhiben los “chinos” por toda la conurbación. Pero se niega a hablar sobre las peculiaridades de haber entrado al comercio aquí por “la libre”. Niega una y otra vez, sonriente siempre, si hay dificultades que se acerquen a Delitos. Como “chino-mexicano” dice que no tuvo barreras para instalarse de parte de las autoridades locales. Otra cosa muy diferente es con sus connacionales que de hecho ya no lo son.
** Y el asunto de los perros: los observadores jarochos, comelones de tradición y más en estos tiempos duros de Obesidad y Sobrepeso, no han encontrado “nada raro” en los menús de los “chinos”; antes al contrario y como aquí hemos consignado en Exclusiva en El Mercurio de Veracruz: estos restaurantes y sus dueños admiten que han “mexicanizado” sus comidas: más sal y más azúcar y todo con picante.
** Pero, si resulta que una vez que se asientan estos restaurantes de apetitosas ofertas diarias de menús, y al poco la estampa cotidiana de los “fidos” y “firulais” callejeros, algunos que hasta nos acompañaban de la parada del bus a la puerta de casa de la colonia, de un día para otro, dejaron de estar, pues, pues…
** Pues sí: los jarochos y boqueños han comenzado a deducir. Por ahí un chamaco callejero “vio algo raro”; por ahí una señora oyó que se reían “unos chinos” y veían “raro” al perro de la vecina; por ahí un comensal cotidiano del menú de oferta vio que en la mesa adjunta de “chinos” ellos comían golosamente “algo” que no estaba en las charolas del restaurante pero salía directamente de sus cocinas. Y al pedir “algo igual a eso” se le dijo amablemente –traductor de por medio- que no: que esa “comida es especial para los de casa…”
** En fin. No se necesita ser de la policía especializada: los ambientes en Veracruz-Boca han variado. Las historias de los chicos y chicas hay que oírlas, prestarles atención: algunas adolescentes sin vigilancia paterna menos materna, dicen que los “chinos” en los antros, “son raros”, no las sacan a bailar ni les invitan nada: sólo las observan, todo el tiempo riendo. Y se pueden pasar horas en esa práctica mirona.
** Ya está: hay que hablar de lo que sucede a nuestro alrededor.
** No se necesita mucho para colegir que el asunto de los perros callejeros da para más: en muchos países de Asia se comen no sólo a los perros sino a los gatos y a las ratas. Que existe además, una “cosa” equivalente a nuestro Crimen Organizado y que se generaliza en “Yakusa” que aunque de origen japonés, se ha extendido por todos los países del área asiática.
** ¡Ah! Esta imaginación de los jarochos. Y más en Vacaciones: los cafés y sus mesas, hierven en el pasatiempo más entretenido: hablar y hablar, y especular y criticar; y reír, y mucho, con esa risa que tiene mucho de miedo y preocupación.
PASEN TODOS UN PACÍFICO MARTES, YA EL FIN DEL PRIMER TRIMESTRE DE ESTE 2015…DISFRUTE, NO TODO ES DINERO…