Raúl López Gómez/Cosmovisión
CÓMO ANDAMOS
** La ciudad de Veracruz y su conurbada Boca del Río, vivieron ayer sus peculiaridades y contradicciones que revelan el ánimo popular de un sector de su población:desde temprano se «vaciaron» calles, avenidas y casi podría decirse, colonias completas: todos volcados en el fútbol de una «liguilla» que se quedó en eso, fútbol menor, por el que muchos se desvelan, mal comen, se enojan y no saben cómo es perder.
** Desde las 8 de la mañana ya había aficionados en el estadio Luis el Pirata Fuentes: para un partido que sería ocho horas más tarde: hombres solos y en grupos; mujeres con amigas; familias con niños llorando sabedores de que sería un día largo porque así lo instituyó «el jefe» de la casa. Muchos de ellos que habían hecho «guardia» días antes durmiendo en el suelo y se habían peleado por la reventa. Fanatizados al extremo: ¿un partido de fútbol vale todo eso?
** ¿Peleas con extraños, con la pareja, el desquite con los chamacos que no tienen culpa de nada solo el infortunio de tener padres omisos -una madre que dice lo que diga tu papá- y muchos muy ignorantes y violentos?
** Ayer se vio de todo en el estadio. Al perder los Tiburones Rojos y acabarse la música pegajosa electrónica y ocurrente que le acompaña y que insta a mover las caderas y a irse al piso en el contoneo -los papás aplauden cuando sus inocentes criaturas remedan el baile obsceno pero popular «¡ay! ¿Que tiene de malo? Son chiquitos…», contesta la desaprensiva madre-; comenzó lo que ya es «tradición» en Veracruz en el estadio, y que ninguna Autoridad deportiva, o municipal y estatal, quiere ver: la Violencia de todas formas y apenas contenida. Diríase tolerable. «Están tristes…» justifican mas de uno.
** Si la policía y la marinería también están absortos en el juego, que se puede esperar. Estamos en Veracruz dicen los visitantes.
** Ayer, en el enojo porque se acabó por un buen rato «la tiburomanía» aficionados arrojaron bolsas y botellas de plástico rebosantes de orines: a reporteros, camarógrafos, mujeres y niños les tocó baño asqueroso. Imaginemos a esos «aficionados» llenando los recipientes: en medio de gradas y a la vista de todos.
** «Pero es el gallinero. ¿A qué vas allá…?», responde mas de uno cuando se desatan las peleas en esa zona que alguien justifica: «es la prole…» con toda la carga clasista que también en sí es una violencia: hay familias enteras cuyos padres hicieron el esfuerzo económico por comprar sus boletos y pasar un día familiar en el entretenimiento. No son todos los que se comportan así. Y lo sabemos.
** Los conatos de broncas al término de partidos como el de ayer son porque «¿qué me ves buey?» y todo el arsenal de recursos que tienen los broncudos.
** Si la afición veracruzana ya está acostumbrada dicen.
** A lo mejor sí. La fanaticada tiene sus recursos de expresión y las violencias no son privativas de Veracruz y México. También lo sabemos.
** La «perra brava» que le dicen a la «barra brava» del Pirata, esa que descalabra policías al son de la batucada para reaparecer después (uno bien conocido) convertido en afamado «foto periodista»; ayer estuvo a punto de volver por sus fueros. La fanaticada violenta: no el redimido mariguanito de colonia; este ya se junta con extranjeros y hasta dicta conferencias y da clases de Periodismo invitado por los del altiplano. Cosas del fútbol y del periodismo a la veracruzana.
** Y ayer, en cosas menos ingratas, la UV reculó en su pretensión de hacerle caso a la mayoría docente de la Facico y dar el Doctorado Honoris Causa a Jacobo Zabludowsky. Menos mal.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
JUEGO.-Lo que no entienden que es, muchos de los veracruzanos amantes del Tiburón.
PERDER.-Sentimiento que remueve los más íntimos miedos y complejos: así se trate de un juego de fútbol.
RECULAR.-Dicese en México de echarse para atrás en una pretensión o idea.