Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Vuelve a ser noticia la gubernatura de dos años
Con su autodestape, Alejandro Montano volvió a poner sobre la mesa y bajo los reflectores la gubernatura de dos años para Veracruz, hecho que trae acalambrados a dos de los tres Yunes que suspiran por el cargo, ya que ni a José, ni a Héctor les hace gracia gobernar la entidad por un lapso tan corto.
Montano dijo que sí le entra aunque sea por ese periodo y dio sus razones. Es casi un hecho que la reforma que homologa las fechas electorales para empatarlas con la federal se apruebe en 2015 con lo que se aplicaría en 2016, y aunque de último momento la homologación podría dormir unos años más el sueño de los justos, Alejandro ya levantó la mano.
Con lo anterior el más afectado sería Héctor Yunes porque cómo ha gastado dinero el muchacho. En semanas anteriores comenté que si mañana comenzara la carrera por la gubernatura, Héctor sería el único que arrancaría con un buen tranco y muy por encima de los demás candidatos porque tiene cuadros bien estructurados a lo largo y ancho del territorio estatal.
A José Yunes también le afectaría la decisión pero en menor medida. El joven senador es institucional y esperaría a ver de qué lado sopla el viento en dos años.
Con lo anterior el PRI tendría sólo a dos aspirantes: Alberto Silva y Alejandro Montano.
Alberto es un político que ha entregado excelentes cuentas en donde se ha parado. Cuando tomó posesión como presidente municipal de Tuxpan, tuvo que luchar contra quienes aseguraban que duraría sólo unos meses porque tenía puesta la mira en una diputación federal. En más de una ocasión salió a callar a los grillos al declarar públicamente que los tuxpeños lo habían elegido por tres años y cumpliría su mandato.
Alberto es un trabajador obsesivo y como consecuencia de eso transformó el puerto en los dos años y medio que estuvo como alcalde. Tan es así que los hombres de dinero voltearon a ver a Tuxpan que se ha convertido en un excelente mercado para los inversionistas. Su plan de gobierno abarcó a las comunidades (abandonadas por años) a las que llevó agua, luz, drenaje y rehabilitó decenas de escuelas, además de otorgar apoyos sin precedentes.
Cuando le faltaban seis meses para dejar la alcaldía, el gobernador lo mandó llamar para nombrarlo Secretario de Desarrollo Social, puesto en el que estuvo apenas unos meses y donde trabajó con el mismo ahínco que como alcalde.
En la actualidad, como titular de la Oficina de Comunicación Social del Gobierno del Estado, ha hecho el milagro de tender puentes entre el gobierno estatal y los medios de comunicación, puentes que se habían roto y amenazaban con causar una seria crisis.
Alejandro Montano por su parte, es un hombre que se ha hecho político bajo la férula de Miguel Alemán. Cuando éste fue gobernador lo nombró Director de Seguridad Pública y más adelante Secretario de la misma dependencia. Tiene una amplia carrera política que comenzó muy joven como auxiliar del Consejo Nacional de Turismo, más adelante fue jefe de asesores en la Cámara de diputados, ha sido legislador local y en la actualidad es diputado federal.
Alberto Silva tiene el apoyo y la confianza de Javier Duarte; Alejandro Montano tiene el respaldo de Miguel Alemán que a su vez es consejero del presidente, Enrique Peña Nieto.
Si se da la gubernatura de dos años en Veracruz uno de los dos sucederá a Duarte. ¿Quién? Eso se sabrá cuando tenga que saberse, la moneda aún no ha sido lanzada al aire.