Gabriel García-Márquez/Sentudo común
¿No le da vergüenza, señora Morales?
Poco antes de decir adiós a su cuestionadísimo trienio, Elizabeth Morales indicó que dejaba 30 millones de pesos de colchón a la nueva administración municipal y que de ellos, cinco millones eran en efectivo.
El nuevo munícipe Américo Zúñiga se volvió loco buscando la billetiza hasta en el último de los cajones y no encontró nada.
Y es que no había nada.
Lo que si aparecieron fueron unos pasivos a corto plazo por 24 millones 335 mil 669 pesos con 80 centavos que por poco infartan al alcalde. Además una deuda pública a largo plazo por 9 millones 877 mil 123 pesos con 58 centavos.
De acuerdo con una investigación hecha por el reportero Jair García de la Jornada Veracruz, Elizabeth Morales quedó a deber a los trabajadores 348 mil 160 pesos por concepto de sueldos, salarios y gratificaciones; 15 millones 569 mil 396 pesos en cuentas por pagar a proveedores y 8 millones 410 mil pesos por impuestos y retenciones a empleados municipales.
El reportero señala que en el primer reporte mensual, la administración de Américo Zúñiga establece que en la Caja había cero pesos, lo mismo que en las cuentas bancarias del ayuntamiento y no tiene registrado ningún recurso económico de la gestión de Elizabeth Morales, pero en contraparte, sí vienen asentados los pasivos.
De los inexistentes 30 millones que presuntamente dejó en las arcas Elizabeth no ha dicho ni pío y del multimillonario adeudo en pasivos y a proveedores, menos.
Para colmo, la Auditoría Superior de la Federación le detectó un faltante por más de 50 millones de pesos en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento y nadie sabe si ese dinero se esfumó, se evaporó, se volatilizó o si alguien se lo llevó en sus alforjas.
Elizabeth tampoco sabe.
Entrevistada sobre el tema dijo que ese adeudo es inexistente, que es parte de un golpeteo político y que no teme a que el Orfis audite su administración.
Rollera como es manifestó: «Estoy a favor de la transparencia, eso lo he dicho siempre y lo volveré a repetir pues es mi obligación por la oportunidad que me dieron de gobernar mi ciudad y cumpliré clavalmente con ello”.
El problema es que nadie le cree.
Aquí en confianza Elizabeth: ¿no le da vergüenza que la tilden de deshonesta? ¿No le molesta cargar con ese estigma? ¿Le tiene sin cuidado saberse repudiada por el grueso de los xalapeños?
En la calle se dicen cosas muy feas de usted. Incluso se han metido con su vida privada, lo que es deleznable. Pero en relación a su trabajo como alcaldesa se le acusa de todo; desde que malversó fondos públicos, hasta que sacó tajada de las pocas obras que realizó durante su gestión.
El populacho dice que si nadie la llama a cuentas es porque la protegen personas muy poderosas. Quizá sea cierto, pero sin duda sabe que la protección y el poder no son eternos.
¿No le importa que hablen pestes de usted?
¿No le gustaría limpiar su deteriorada imagen?
Debe ser gacho andar por la calle y que lo señalen a uno.
Sí, debe ser muy feo, ¿no le parece señora Morales?