Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
Desde el Café
El factor Héctor Yunes
Bernardo Gutiérrez Parra
La nota de la semana anterior en el mundillo político veracruzano fue el desdén que los senadores priistas Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa le hicieron al Presidente Enrique Peña Nieto, al abandonar el salón donde se conmemoró el centenario de la promulgación de la Ley Agraria
Me es difícil imaginarlo de Pepe que es mesurado, sobrio e institucional, pero no me extrañó de Héctor. Pepe minimizó el hecho y no le dio mayor importancia, pero Héctor anda bien caliente desde que el Congreso local aprobó la gubernatura de dos años.
Más que caliente, el buen Héctor anda rabioso, o al menos así lo percibimos quienes lo escuchamos el pasado jueves en La Parroquia de Juárez donde dijo que la entidad está del asco. “No existe ninguna unidad en Veracruz, ni en torno al partido, ni en torno al gobernador. Ya era momento de que yo fijará una posición así de clara, porque no quiero que la historia me haga cómplice de un gobierno en donde cuando viene el Presidente se intenta mostrar la mejor cara cuando ésta no existe y solo es una máscara”, manifestó el legislador.
Y casi de inmediato vino la amenaza que no fue tan velada: va a participar en la elección a la gubernatura de dos años, aunque no como candidato sino “impidiendo” que quienes ven la mini como un botín se salgan con la suya. Y con ese comentario abrió la caja de pandora de las conjeturas.
¿A quién irá a apoyar este muchacho?
Héctor tiene una infraestructura política envidiable. Ha recorrido al menos en un par de ocasiones la entidad veracruzana palmo a palmo; conoce como pocos los problemas de cada municipio y de cada sector. Ha platicado desde con alcaldes hasta con ingenieros, médicos, maestros, boleros, amas de casa, estudiantes, obreros, pescadores, campesinos. Bueno, hasta conmigo ha platicado Héctor Yunes.
Pero independientemente de eso ha formado cuadros políticos sólidos que están a lo que él ordene. ¿Será que los vaya a ofrecer a algún candidato de oposición?
Todo cabe dentro de lo posible.
¿Qué pasará con el PRI en las elecciones de este año si Pepe y Héctor andan mal con el tricolor y el gobierno estatal?
Un amigo me dijo que vendrán las confrontaciones, pero las confrontaciones ya llegaron. Por su parte el columnista Filiberto Vargas, dio su punto de vista sobre la necesidad de zanjar la crisis con los senadores priístas: “Alguien tendrá que sentarse con ellos para resolver las diferencias y convencerlos de que deben caminar al lado del gobernador en el último tercio de su gestión” sugiere el periodista.
Con Pepe no creo que haya problemas, pero ¿quién será el guapo que se quiera sentar con Héctor a proponerle que camine al lado del gobernador?
Las elecciones no serán coser y cantar para el PRI veracruzano. Hay mucho descontento principalmente con la clase gobernante; para colmo, varios precandidatos son indeseables y otros tienen muy bien ganada fama de bandidos.
Dicen que habrá abstencionismo pero yo pienso que no. Guardando la debida proporción, pienso que la gente saldrá a votar con el mismo entusiasmo con que votó en el 2000. No tanto para que ganara Fox, sino para derrotar al PRI.
Si el tricolor sufre un severo descalabro en junio próximo en mucho se deberá al factor Yunes, pero no a Miguel Ángel ni a Pepe, sino al factor Héctor Yunes.
Aún faltan cinco meses y fracción y en ese lapso de tiempo todo puede pasar.
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