
Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Que ya se acaben los JCC
Personalmente deseo que ya hubiesen terminado los Juegos Centroamericanos y del Caribe y lo deseo porque casi todo mundo les está echando la sal. Que si las instalaciones no están al cien, que si las calles de Xalapa tampoco, que si las manifestaciones, que si los taxistas, que si la inseguridad. En fin, son tantas las cosas truculentas que se tejen a su alrededor que ojalá ya hubieran terminado.
Pero lo real es que ni siquiera han comenzado. Las primeras delegaciones llegarán a principios de noviembre y con ellas vendrán turistas, familiares de los atletas y representantes de los medios de comunicación que esperan ser atendidos como se merecen.
¿Ya están listos los hoteles? Los organizadores dicen que sí, pero uno que otro político dice lo contrario.
El diputado Carlos Fuentes Urrutia, presidente de la Comisión de Gobernación de la LXIII Legislatura local, dijo que a quince días de que comiencen a llegar las delegaciones hay “muchas cosas” que faltan por hacer y obras por concluir. Aunque no especificó sobre los faltantes dijo que hay “muchas” (se ve que le encanta el término) obras que no se han terminado en esta capital y espera que queden listas antes de la inauguración de los juegos.
Al hablar de los hoteles dijo que tenía entendido que ya se pagó una parte del hospedaje, pero de inmediato soltó el acre comentario al manifestar que “será una gran vergüenza y pésima imagen internacional para Veracruz que los atletas y visitantes en general encuentren en la capital del estado calles con baches y se les brinde un pésimo servicio en los hoteles”.
Por su parte, el presidente de la Canaco, Ernesto Pérez Astorga, indicó que los empresarios veracruzanos ya tienen la lista de los distribuidores de alimentos donde tanto hoteleros como restauranteros, podrán comprar sus productos a fin de evitar que los visitantes consuman alimentos en mal estado o contaminados con clembuterol.
Eso sí, el empresario dio a entender que si los prestadores de servicios compran carne en otro lado y resulta que contiene el fármaco, será culpa de ellos y no de los deportistas si a éstos les quitan sus medallas y los exhiben ante el mundo como drogadictos tramposos.
Los manifestantes que un día sí y otro también bloquean las calles en demanda de que les cumplan sus caprichitos o sus necesidades, gritan a todo pulmón que no se vale que el gobierno estatal esté organizando unos juegos que costarán una millonada cuando ese dinero se podría utilizar para resolver una serie de broncas que hay en la entidad.
Y por último, no faltan las voces que hablan de la inseguridad (que ni como negarlo, ahí está) y aseguran que varias delegaciones no asistirán por miedo a un atentado.
Como puedes apreciar lector, puras malas en contra de los JCC.
Lo que sí es cierto al cien por ciento, es que nadie tiene la certeza sobre el resultado de los juegos y que la incertidumbre campea tanto en los organizadores como en el gobierno estatal.
Pienso que Veracruz nunca debió ser la sede porque somos un estado con muchas necesidades y carencias, pero ya que están a la vuelta de la esquina deseo de todo corazón que sean, no los mejores Centroamericanos de la historia, pero sí unos Juegos dignos.
Con eso será más que suficiente.