Carlos Ramírez/Indicador político
Ecos de una inauguración
Sin duda una de las autopistas cuya construcción tardó una eternidad fue la México-Tuxpan; nomás veinte años. Aunque la estuvieron prometiendo desde 1946, es decir, desde hace 68 años.
Lo que llamó la atención fue el boato que organizó el PRI durante la inauguración el pasado día 17 ya que llevaron acarreados a lo bárbaro que aguantaron horas bajo el sol y sin chistar. Pero en donde les falló a los organizadores fue en la cuestión de los aplausos ya que cuando se paró a hablar el gobernador Javier Duarte, los vivas y las porras fueron para él, cuando la estrella del programa era el presidente Peña Nieto. Éste como que se sacó de onda ante las muestras de afecto al mandatario veracruzano pero no dijo nada.
Evidentemente alguien se pasó de miel con el gobernador pero en el momento menos oportuno. Aguas, estos detalles que parecen nimios pueden resultar contraproducentes. Alguna vez, cuando Jesús Reyes Heróles era presidente nacional del PRI, fue de visita a Poza Rica y un sujeto que quería ser líder estatal del tricolor lo recibió con mantas y pancartas alusivas a su persona. Las pancartas eran miles y por más que buscó el tuxpeño no encontró ninguna que dijera al menos “Bienvenido don Jesús”. Resultado, el presunto líder se quedó con las ganas de ser mandamás priista y terminó perdiéndose en la bruma de los tiempos.
Pero volviendo a la inauguración, a pesar de que la palabra progreso fue pronunciada hasta la saciedad, lo cierto es que éste no llegará a Tuxpan si los sus habitantes no se ponen las pilas. El progreso no cae del cielo, hay que cultivarlo con ideas, propuestas, compromisos e inversiones. Es necesario que los tuxpeños se sacudan su modorra ancestral, su apatía y su conformismo de lo contrario, quedarán rezagados.
Y para que nadie se sienta aludido es bueno aclarar que no todos los tuxpeños son apáticos o conformistas, felizmente la gran mayoría son trabajadores. Pero no está por demás decirle a los displicentes que el progreso está tocando y que al menos se paren a abrirle la puerta.
Tanto la autopista como la construcción del Puerto Profundo están abonando el terreno para que Tuxpan dé al fin el estirón definitivo y comience a crecer económicamente. Chamba habrá y mucha, el secreto está en que mis paisanos se organicen, se capaciten y aspiren a vivir mejor.
Cazones-Tamiahua
Ahora que tanto el gobierno federal como el estatal están echando la casa por la ventana con la construcción de autopistas, sería bueno que los habitantes de Cazones y Tamiahua se pongan abusados y exijan que ahora sí, les construyan unas vías de comunicación decentes que hagan olvidar a las actuales que están pa’l perro.
Ambas carreteras (bueno, de alguna manera hay que llamarlas) causan pena ajena por el abandono en que se encuentran. Gobiernos van, gobiernos vienen y siguen siendo una minita de oro tanto para constructores como para políticos sinvergüenzas que se han llenado los bolsillos a sus costillas. Es para que con tanto dinero como se supone les han metido, fueran autopistas de cuatro carriles con acabados en oro y no terracerías llenas de hoyancos donde hasta los caballos corren el riesgo de romperse una pata.