Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
¿Más vacaciones?
Si bien es cierto que Veracruz es un estado sin problemas magisteriales o estudiantiles, también lo es que no está como para que sus estudiantes tiren el tiempo en días de asueto. El nivel de escolaridad de nuestros niños y jóvenes dista mucho de ser sobresaliente, es un nivel mediocre, a pesar de lo que diga el señor Adolfo Mota.
No tiene ni un mes que comenzó el nuevo ciclo escolar tras un largo periodo vacacional, en diciembre y enero habrá más de 20 días de vacaciones; y antes, en noviembre, habrá una semana de asueto por la tamaliza de Todos Santos, pero puede estos días se alarguen por los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
No lector, las vacaciones por los Centroamericanos no están programadas en el calendario de la SEV y menos en el de la SEP, son una ocurrencia del presidente de la Coparmex en Xalapa, Octavio Augusto Jiménez Silva, que se soltó el pelo con tal de salir en los medios.
Don Octavio dijo que las interminables obras que se llevan a cabo en la ciudad aunadas al caótico tráfico vehicular podrían ocasionar retrasos de los atletas y público a las sedes de los eventos, situación que daría pésima imagen a Xalapa y a los organizadores del evento. ¿La solución? Que la SEV y la UV suspendan clases por dos semanas.
Su argumento es pueril, por no decir algo más fuerte.
Y es que bajo esa premisa los que deberían irse de vacaciones son los burócratas, los choferes con todo y sus taxis, los manifestantes que se han adueñado del centro y los comerciantes.
A ver ¿por qué no pide que se cierren los comercios? Las horas de carga y descarga de las pesadas unidades que surten productos en tiendas de autoservicio, panaderías, farmacias, mueblerías, tiendas de abarrotes y los mercados del primer cuadro citadino, ya no son propiamente en la madrugada o por la noche. Es común ver maniobras en pleno día, cuando los padres de familia llevan a sus hijos a la escuela, la burocracia va a trabajar y los taxistas andan en friega.
Calles como Lucio, Revolución y Clavijero están plagadas de comercios y son vías estrechas donde no se permite el estacionamiento en ambas aceras, pero donde se estaciona todo mundo y los taxistas hasta hacen base.
Reitero, si se trata de evitar embotellamientos, aglomeraciones y pésima imagen ¿por qué no pide don Octavio que cierren los comercios? Digo, lo más que puede pasar es que los miembros de su Confederación lo corran de la Coparmex y los xalapeños se le vayan encima.
Los embotellamientos y aglomeraciones no son culpa de los estudiantes, son consecuencia de que Xalapa fue convertida en capital del estado cuando no debió serlo nunca. Pero bueno, el mal ya está hecho y ahora hay que apechugar.
Puesto que nuestra ciudad dejó de ser tranquila, conservadora y hasta provinciana, hay que acostumbrarnos a vivir entre aglomeraciones, empujones claxonazos y manifestaciones.
Xalapa no debió ser sede de los JCC, pero si ya no hay remedio, hay que afrontar el hecho de que viviremos un mes de noviembre más agitadito y apretujado que los anteriores.
Dejar sin clases a los estudiantes será un soberano desatino y no solucionará el problema. Nuestros niños y jóvenes necesitan estudiar y prepararse mejor para el futuro. Si se les fomenta la holganza corren el riesgo de terminar como diputados del Congreso local o en presidentes de alguna Confederación patronal y eso no sería justo.