Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
En el abandono el IMM de Tuxpan
Si la señorita Luna tuviera tantito así de honestidad, jamás hubiera aceptado el cargo porque desconoce el funcionamiento de esa oficina, le importan un cacahuate los problemas de las tuxpeñas y porque (aunque parezca paradójico debido a su manifiesta robustez), la dependencia que le queda muy holgada.
Pero como es evidente que la palabra honestidad no existe en su vocabulario, aceptó el puesto y desde el primer día se dispuso a no trabajar, ¡y vaya que lo ha cumplido! El IMM es la única dependencia del Ayuntamiento donde su titular nunca se encuentra. Y es que Karla ocupa sus horas de trabajo aporreando la lengua, intrigando, y como dicen los chavos, tirando mala vibra en otras oficinas del mismo Ayuntamiento.
La semana anterior tuve la oportunidad de comprobar lo que es un secreto a voces: la desidia, falta de respeto y el profundo desprecio de la funcionaria por el puesto que desempeña. Me tocó verla muy jacarandosa en el mitote del registro de los candidatos a la directiva municipal del PRI, apoyando la fórmula del regidor Horacio Cruz Perlestain, como presidente y Erin Matilde Andrade Salas, como secretaria general del Comité Municipal. Nada tenía que hacer la Gordis (como le dicen sus cuates) en horas laborables en un evento totalmente político. Su lugar estaba en las oficinas del IMM a donde no se paró en todo el día.
En el jolgorio del tricolor se dejó ver el dirigente sindical de los petroleros Carlos Hernández Garizurieta, por quien Karla se desvive. Y para muestra va el siguiente botón: el Día de la Mujer, agradeció con bombo y platillo los «apoyos» que presuntamente entregó el dirigente petrolero, en lugar de resaltar el trabajo de su verdadero jefe, el alcalde Raúl Ruiz Díaz, quien es el que se ha fletado por conseguir beneficios para las tuxpeñas.
Otro botón más: En los eventos deportivos que realiza el sindicato, Karla Luna acude hasta con acarreadas, cosa que no hace en los actos oficiales del IMM donde brilla por su ausencia; a pesar de que esa dependencia es la que le paga su sueldo.
Mientras echaba porras en el evento del PRI, las mujeres que llevaban horas haciendo antesala en las oficinas del IMM recibieron la noticia de que la funcionaria «otra vez» no las iba a poder atender porque estaba en una reunión. Eso no se vale, la gran mayoría de quienes tienen que recurrir al Instituto Municipal de la Mujer son de la periferia de la ciudad o de comunidades muy apartadas y solo en pasajes se gastan un dinero que no tienen.
¿No habrá alguien que le ponga un alto a Karla Luna?
Esta mujer es un ejemplo palpable de lo que no debe hacer un funcionario en un gobierno municipal que se ha dedicado a trabajar y que desdeña la grilla.
Por el bien del IMM pero sobre todo por el bien de las mujeres tuxpeñas, es necesario que le den las gracias y la manden a su casa. Si quiere cobrar sin trabajar, en el sindicato petrolero sin duda le darán chamba.