Raúl López Gómez/Cosmovisión
Rosario Robles, la draconiana
¿Es usted indígena, mujer, está en la vil inopia y tiene menos de tres hijos? La felicitamos señora, ya fregó. Es una de las elegidas para recibir las bondades de Oportunidades. Pero si aparte de sus carencias tiene más de tres chamacos, entonces hágase a un lado, no merece estar en el programa porque está viendo en la procreación una forma de que ingrese más dinero a su desconchinflado hogar. Es decir, está utilizando a sus hijos como carnada para que le den más apoyos y esas son fregaderas.
Es una pena que las indígenas mexicanas se estén agringado con tal de que el gobierno las mantenga. En Estados Unidos, mientras más hijos tiene una desempleada más apoyo recibe, por eso los echan al mundo sin la menor contemplación.
Pero México no es Estados Unidos y el viejerío campirano no contaba con la astucia de Rosario Robles que las paró en seco; tres hijos como máximo o no hay apoyos. Si alguna vez la patria les pidió que se pusieran a parir a lo bárbaro, ahora les exige que le bajen a la paridera.
Bajo este esquema la secretaria de la Sedesol, Rosario Robles, brindará apoyos asistenciales a las mujeres indígenas, lo que no deja de ser una muestra de desprecio, falta de respeto, discriminación y hasta de racismo.
Evidentemente Rosario ignora o pretende ignorar, que de los 24 grupos indígenas que hay en el país, sólo en dos las mujeres tienen tres hijos en promedio. Casi en la totalidad de los hogares indígenas hay de cuatro hijos hacia arriba.
De acuerdo con este esquema, apenas el cuatro por ciento de esas mujeres recibirán los apoyos. ¿Más discriminación? Imposible. ¿A quién recurrirán aquellas que tienen hasta ocho o más chamacos y cuyo único sustento es el magro sueldo que el marido (si lo tienen) lleva al hogar?
Toda proporción guardada, el anuncio de Rosario suena a totalitarismo hitleriano, a esclavismo gringo del siglo XIX y a absolutismo norcoreano.
Por si no lo sabía la señora, México es garante de los derechos de las personas a decidir de manera libre el número de hijos que deseen tener.
Si en las reglas de operación de Oportunidades no existe ningún artículo, apartado o inciso que hable de la cantidad de chilpayates que una solicitante debe tener para ser aceptada o no en el programa, ¿con qué autoridad se agencia Rosario ese derecho?
Si ella fue la de la idea, malo, muy malo. Pero si recibió órdenes de arriba y fue incapaz de rebatirlas, peor. Qué pronto olvidó que una de sus banderas ha sido el derecho a decidir de las mujeres.
Si lo que desea es que no haya más pobres o jodidos porque ya somos muchos ¿por qué no realiza una campaña intensiva de planificación familiar?
Por donde se le vea sus declaraciones fueron alevosas y cargadas de sevicia. Si las hubiera hecho una mujer blanca quizá no tendrían mayor relevancia, pero las hizo una mexicana con marcados rasgos indígenas. Digo, que nadie vaya a salir ahora con que Rosario Robles Berlanga es descendiente de noruegos o teutones.
Sin duda hoy o mañana saldrá a componer la página, pero el carambazo ya lo acomodó. Y lo acomodó de una forma vil a las mujeres más pobres de México, que son mujeres de su raza.