Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Américo Zúñiga y los escudos heráldicos
El alcalde Américo Zúñiga, que evidentemente no sabe qué hacer con el dinero del erario, mandó colocar dos placas de mármol en las entradas de Xalapa; una para que la vean quienes provienen del Distrito Federal y otra para quienes lo hacen de Veracruz.
Quizá don Américo piensa que los visitantes son de a tiro muy bueyes y se podrían nortear en su camino a la Atenas Veracruzana por lo que nada como ponerles el adecuado señalamiento de “Aquí es Xalapa” para evitar confusiones.
De hecho más que placas son escudos heráldicos; muy bonitos eso sí pero anodinos, superfluos y caros, porque costaron la friolera de 200 mil pesos.
El problema es saber cuánto durarán antes de que manos poco escrupulosas los quiebren a pedradas o se los vuelen para venderlos en no más de 400 pesos el par. Pero eso ya se verá más adelante.
Por lo pronto don Américo ya hizo el gasto en algo que no le redituará absolutamente nada porque los dichosos escudos no son ni siquiera un atractivo visual. Quienes vienen de México o Veracruz entran a la ciudad vueltos madre y qué carajos van a tener tiempo de admirar un escudo heráldico.
Bien utilizados esos 200 mil pesos hubieran rendido más dividendos; pero pedirle a un político que utilice bien el dinero que no es suyo es como pedirle a la señorita Laura que se largue del país.
En la colonia Miguel Alemán, existe un jardín de niños llamado “Juan Escutia” que nomás de verlo dan ganas de llorar. Más de 100 peques reciben las primeras clases de su vida en dos galerones inmundos hechos de lámina, madera y con piso de tierra.
En tiempo de calor los niños se rostizan, en época invernal se congelan y cuando llueve de plano salen bañados de sus clases.
Hasta donde tengo entendido construir una escuela es responsabilidad de la SEV, pero pedirle eso a Adolfo Mota es punto menos que imposible. El tipo quiere ser candidato a diputado federal y no tiene tiempo para entretenerse con las carencias de cien mocosos que para colmo no votan. Pero hubiera sido fenomenal que el alcalde Américo Zúñiga se hubiera vestido de héroe reconstruyendo las dos aulas con la lana que se gastó en los escudos.
Bueno sería que se diera una vueltecita por la colonia Miguel Alemán para que se dé cuenta de las condiciones en las que estudian esos pequeños. Si a él no le corresponde construir o reconstruir una escuela, bien puede gestionar con las personas indicadas a fin de que los niños estudien en un lugar mucho más adecuado.
Como ese plantel hay varios en Xalapa y al alcalde no le cuesta nada invertir dinero del erario en su reparación. Nadie se lo va a criticar y esto le servirá en el futuro si tomamos en cuenta que aún no cumple el primer año al frente de la comuna y ya está pensando en treparse al siguiente escalón de la política.
Un aula que se restaure, una sola, son puntos a favor. En el caso del jardín de niños pueden ser al menos 200 votos para el futuro. Un beneficio mucho mayor que el que le van a dar dos pinches escudos colgados en las entradas a Xalapa.