Vinculan a proceso a presunto homicida de cineasta
XALAPA, Ver., 2 de dciembre de 2014.- La causa no cambió; pero si cambió el cántico: “no más violencia”. Diciembre inició en Xalapa con una protesta más a favor de Ayotzinapa, pero ahora, con expresiones masivas en contra de la violencia generada por los propios anarquistas.
Mas los coros por la paz resultaron insuficientes para contener a los encapuchados, y de nueva cuenta, con la bandera de la anarquía por delante arremetieron contra el Diario de Xalapa, el Palacio de Gobierno, la torre ejecutiva de la Secretaría de Seguridad Pública y el edificio del ayuntamiento capitalino.
Y ahora, la violencia incluyó al tradicional Café de la Parroquia, negocio de donde un anarquista sustrajo una silla y la estrelló contra el portón del palacio municipal.
La marcha inició a las 5 de la tarde desde la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, de donde por igual caminaron estudiantes, indignados y encapuchados. El recorrido abarcó las avenidas Xalapa, Manuel Ávila Camacho, y una vez en el primer cuadro, continuó por Zaragoza, Primo Verdad y finalizó en Enríquez.
Las voces de “¡no violencia!” despertaron cuando los encapuchados arremetieron contra las oficinas de Diario de Xalapa.
En un principio, dos anarquistas portaron la bandera blanca y depositaron unos volantes a la puerta del rotativo; pero segundos después, golpearon la puerta y pintarrajearon las paredes del medio.
Nuevamente en la fachada posterior de Palacio de Gobierno, en la calle Zaragoza, los encapuchados golpearon el portón de la cochera y rompieron cristales; peor suerte corrió la Torre Ejecutiva de la SSP, en donde los anarquistas rompieron los ventanales.
La fachada principal del Palacio del Gobierno y el edificio del Ayuntamiento terminaron la tarde con ventanas rotas y puertas aporreadas.
En ningún momento los manifestantes callaron el coro de “¡No violencia!”. Incluso durante y después de la marcha surgieron los descalificativos.
Uno de los manifestantes, Javier Segura, lamentó la postura de los encapuchados “rompen una armonía establecida en la marcha; ¿de qué sirve la marcha? los chavos vienen aquí y creen armar una revolución en el momento y usan a la vez la fuerza del número de una manifestación pacífica para crear violencia, se escudan en el número. Estoy totalmente en contra de la violencia”.
Otra participante, en forma anónima, criticó: “No apoyo estas manifestaciones, pero no son estudiantes, son infiltrados y ni siquiera eso: son encapuchados, por eso caminamos separados de ellos”.
“No me parece. Marchamos pacíficamente; llegan los encapuchados y se arma un lío; yo no oculto nada y por eso marcho sin ocultar mi rostro” dijo por su parte otra protestante.
Ante tantos reclamos por su atuendo, una encapuchada optó por descubrir su rostro, aunque se justificó: “Soy poeta. ¿Sabes qué hizo la policía? Llegó y se llevó a Sandino Bucio a la Siedo.Uso una capucha para decir ‘también yo soy Sandino Bucio’ y leo poesía encapuchada y soy maestra’”.