Carlos Ramírez/Indicador político
PLEITO Y CHISMES DE RULETEROS EN XALAPA
Por la madrugada llegamos a la Central de Autobuses de Xalapa (CAXA) de un viaje por el sur. Por seguridad, siempre tomamos los taxis denominados “controlados”, que son un servicio concesionado donde uno paga una tarifa establecida por la ruta y con todas las previsiones se llega al destino requerido.
Anteriormente, uno podía bajar hasta la avenida 20 de Noviembre y tomar los “libres”, es decir, los que no están autorizados para subir pasaje dentro de CAXA, pero a riesgo de que éstos no son monitoreados, además de que todavía se tienen que negociar las tarifas que pueden ser incluso más caras (especialmente en distancias largas) que la de los “controlados”.
El asunto es que ese día, los llamados “libres” tomaron a las 5 de la mañana la entrada y salida de la terminal en protesta porque no los dejan trabajar adentro de CAXA, afectando a los pasajeros que llegaban a la terminal o salían de la misma.
El asunto parece un simple pleito de ruleteros, pero no lo es. Por ejemplo, la terminal es considerada una zona federal y por lo tanto el servicio controlado de taxis es una concesión de ese nivel, a criterio de la administración local de CAXA.
Según los taxistas, el engomado cuesta 7 mil pesos (otros dicen que 5 mil) por un periodo de 3 años lo que permite trabajar dentro de la central camionera, pero con condiciones y reglamentos estrictos de servicio: limpieza de la unidad, uniforme, contar con todos los papeles en regla, etc. Las última renovación se hizo apenas en enero.
Pero el problema inició cuando policías de seguridad privada que vigilan el lugar comenzaron a hacer negocio con los taxistas “libres” que llegaban a dejar usuarios, y a cambio de una cantidad (de a 10 pesos por taxista) les permitían también ahí mismo abordar pasaje. Primero eran unos cuantos, pero al correrse la voz, de inmediato comenzaron a llegar las hordas de ruleteros que ya invadían el espacio donde los vehículos particulares llegan a dejar a sus familiares o amigos.
Otro factor que originó el conflicto, es que a los choferes de los “libres” ya no los dejan estacionarse sobre la avenida 20 de Noviembre, pues son removidos inmediatamente por elementos de Tránsito Estatal y Transporte Público.
El asunto llegó al grado de que los choferes de los “libres” se internaban al interior del domo de CAXA para ir a recibir a los viajeros, bajo una insistencia irritante. Obviamente los choferes de los “controlados” comenzaron a protestar y llegó a intervenir la Policía Estatal para desalojar a los “libres” (que ya causaban problemas y conflictos) aún cuando este asunto no es de su competencia.
Para esto, la gran ausente dentro de la terminal CAXA es la Policía Federal, que se supone son quienes deben vigilar que este tipo de desmanes no ocurran. Según comentarios de los propios taxistas de servicio controlado, es muy raro que dicha corporación se presente a meter orden en el lugar.
Otro dato que surge en este problema, es el señalamiento al conductor del taxi 6654, presunto ex elemento de la Policía Federal, como el líder que alborota a los “libres”. Según la fuente, este personaje habría cobrado una cantidad entre todos sus compañeros con el argumento de que ya había negociado con la gerencia de CAXA para que les permita subir pasaje dentro de la terminal sin pagar el derecho correspondiente. Que incluso este sujeto tiene contacto con sus antiguos compañeros en la corporación y es por eso que la Policía Federal no actúa cuando hay conflictos.
Mientras tanto, los que están a expensas de conflictos por el control de CAXA son los pasajeros, quienes en cualquier momento pueden ser retenidos y obligados a salir de la terminal para no hacer uso del servicio controlado.
Quizás el conflicto más grave, de fondo, es que en el sexenio de Fidel Herrera entregaron placas como si fuesen dulces y la cantidad de taxistas ha crecido descomunalmente en la capital de Veracruz. Algunas estimaciones calculan ya más de 10 mil unidades sólo en Xalapa, lo que obviamente ha hecho disminuir el trabajo y ha creado más problemas que soluciones al invadir espacios o hacer sitio en lugares no autorizados.
Lo peor de todo es que ya son más los “libres” los que están llegando a CAXA a buscar pleito, presionando para que los dejen operar dentro de la terminal camionera sin pagar el correspondiente engomado. De ser así, los “controlados” también protestarán y pedirán la devolución de su dinero.
Pero la pregunta real sería ¿y dónde está la Policía Federal? ¿Quién va a meter orden a CAXA? ¿No habrá nadie que “apriete” a los líderes que sólo buscan conflicto?