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Carlos Ramírez/Indicador político
XALAPA, CIUDAD CULTURAL DE MÉXICO
Durante la época prehispánica, el territorio que hoy ocupa la ciudad de Xalapa se componía por los señoríos de Xallapan (hoy plaza Lerdo),Xallitic, Tecuanapan (hoy barrio de El Dique), Tlalmecapan (salida de Úrsulo Galván hacia Coatepec, cuyo centro fue posteriormente la iglesia de Santiaguito), y Techacapan(hoy barrio de San José). Todos localizados al norte del cerro de Macuiltépetl, donde prosperaba uno de los asentamientos más antiguos de la zona.
En la última fase de la época mesoamericana, se dice que todos aquellos poblados se unificaron en un solo señorío denominando Macuilxochitlán: pueblo dedicado a la diosa Macuilxóchitl (en la mitología mexica: diosa del amor, los juegos, la belleza, la danza, las flores, el maíz, el placer, las artes y las canciones).Siguiendo esta etimología y esta consagración, diríamos que desde el siglo XV –por lo menos– el territorio de la actual capital de Veracruz ha honrado y estimulado el cultivo de las flores, las artes y la belleza. Como si hubiera un destino manifiesto que la ha determinado en estos últimos 500 años.
Tras la caída de Tenochtitlán, los conquistadores españoles trazaron asentamientos poblacionales siguiendo la cuadrícula arquitectónica de la península ibérica en todo el territorio novohispano. En este sentido y por considerarse punto estratégico, sobre el barrio de Xallapan, en lo que hoy es el parque Juárez, se erigió el convento de San Francisco, primer convento del Golfo de México; una Plaza Mayor (actualmente Plaza Lerdo); una Casa de la Justicia Española; un hospital (en el terreno del actual Palacio de Gobierno del Estado); y una calle real (las actuales calles Xalapeños Ilustres, Enríquez y Revolución),que venía desde el puerto de Veracruz y atravesaba el pueblo para conectar con el camino real México-Veracruz.
Xalapa fue el centro comercial más importante del virreinato de la Nueva España durante un periodo. De 1720 a 1778 fue sede, mediante real cédula, de la celebrada feria comercial donde se mercaban los productos traídos desde Asia (vía Filipinas-Acapulco por la Nao de China) y de Europa (vía Cádiz-Veracruz). Cada dos años la feria convocaba a los comerciantes del altiplano y de todas las regiones de la Nueva España para el intercambio comercial de las mercancías traídas por la Flota. Es entonces cuando se denomina a Xalapa, «la Ciudad de las Ferias».
Desde el siglo XIX Xalapa es conocida como Ciudad de las Flores apelativo acuñado por el célebre científico viajero Alexander von Humboldt y ratificado después de la Independencia por madame Calderón de la Barca al pasear por esta magnífica villa pletórica de balcones con bugambilias, orquídeas y árboles como liquidámbares y eucaliptos, propios del bosque de niebla distintivo de la región.
En 1824, Xalapa se designa capital del estado de Veracruz, merced a lo cual regresan hijos pródigos formados y cultivados en Europa en profesiones liberales y oficios como, abogados, médicos, historiadores, políticos,militares y artistas. En 1843, uno de ellos, don Antonio María de Rivera, funda uno de los primeros colegios preparatorios en la República mexicana para educar a las siguientes generaciones. Desde este momento se forjó el gran proyecto de la elite xalapeña para hacer de Xalapa una ciudad burguesa con aspiraciones a ejercer un estilo de vida culto y refinado.Lo cual se cumplió con la construcción de la primera universidad para maestros de todo el país: la Escuela Normal Veracruzana inaugurada en 1886 en el antiguo convento jesuita de San Ignacio de Loyola,la actual escuela Enrique C. Rébsamen.
En las postrimerías del siglo XIX, Xalapa -como muchas ciudades latinoamericanas- experimentó cambios gracias a las exportaciones de materias primas que salían por el puerto de Veracruz,y así, su población pequeño Burguesa se ilusionó con la idea del progreso -que imbuían las nuevas comunicaciones ,los ferrocarriles, barcos más seguros, nuevos caminos etc; y por ello construyó una pequeña gran ciudad .
De pueblo agrícola y comercial Xalapa pasó a un vertiginoso desarrollo industrial que promovió la prosperidad y -aunque conservó su aire provinciano- hasta la década de los veinte ocurrió una transformación de la sociedad. Apareció la obsesión –y la ilusión- de crear un estilo de vida cosmopolita, o para decirlo más estrictamente, europeo.
Durante el porfirismo, Xalapa se transformó política, social, económica y culturalmente. Siendo gobernador Don Juan de la Luz Enríquez se edificaron la Escuela Normal, los parques Juárez e Hidalgo, los Talleres Gráficos del Estado, símbolos arquitectónicos de la política y educación.Con el lúcido apoyo de don Teodoro A. Dehesa, Xalapa arraigó como polo rector de las artes. Se construyeron el Colegio Preparatorio, el parque Morelos y la Escuela Superior para Señoritas. Es en este período que.
Con el largo y sólido gobierno de don Teodoro A. Dehesa de 1892 a 1911 Xalapa conquista el sobrenombre y la fama de la“Atenas Veracruzana”, epíteto que cifra la proyección cultural y educativa del momento que podemos asumir como su bella época, caracterizada por casi 19 años de esplendor en la cultura, las artes, la educación y la economía. Así fue, el auge de la vida cultural y social de la «Atenas Veracruzana»:se debió en mucho al mecenazgo otorgando por su gobernador ilustrado a todo creador o intelectual que lo mereciera: becas de estudio en Europa a Diego Rivera, Ernesto García Cabral, Manuel Centurión y el escultor xalapeño Enrique Guerra. Dehesa apoyó económicamente al gran historiador Francisco del Paso y Troncoso para que realizara sus primeras exploraciones en Zempoala y El Tajín. Se proyectaron los teatros Limón y Cauz; se aclimató la costumbre de las tertulias en el Centro Recreativo Xalapeño y los casinos Español y Xalapeño. Sumemos la fundación de escuelas, la apertura del primer cine, –en lo que hoy es la pinacoteca Diego Rivera–; y los auspicios a la academia xalapeña de pintura contratando a los pintores catalanes Joan Bernadet y José Cusachs, cuyas obras nos asombran aún en el paraninfo del Colegio Preparatorio de Xalapa.
Dehesa patrocinó asimismo la nueva fachada neogótica de la catedral xalapeña propuesta por el obispo don Joaquín Arcadio Pagaza (por cierto, considerado el mejor poeta traductor del latín al español del siglo XIX); y construyó los bellos edificios del Colegio Preparatorio de Xalapa y de la Escuela Industrial para Señoritas.
Después de la primera guerra mundial, el estilo de vida de la nueva burguesía xalapeña cambió. Con la hegemonía de la Escuela Normal para maestros aparecieron las ideas democratizadoras y una concepción más libre de la vida. La bohemia de los cafés, los ateneos, las redacciones y las tertulias desdeñaban los valores consagrados por las elites criollas. Se impuso la modernidad aunque en Xalapa se continuaba cultivando el modernismo de la primera época. No olvidemos sin embargo que en Xalapa, en la hoy Editora de Gobierno del Estado de Veracruz se imprimió en 1901 uno de los libros fundamentales de la literatura castellana: Lascas de Salvador Díaz Mirón.
En más de un sentido la cultura en Xalapa es un proceso de tres épocas caracterizadas por tres estilos de filiación cultural, la historia de una obra y de los autores de esas obras pero también la del puente entre estos y su medio social y político.
En la década de los años veinte, los nuevos actores urbanos manifestaron su clamor queriendo participar en el cambio, preconizado por las ideas socialistas y anarquistas, y una clase media llegada desde muchos municipios veracruzanos y de otros estados a formarse en la Escuela Normal Veracruzana; los escritores se comprometieron con la lucha social así como los pintores, los escultores, los músicos se ocuparon de inaugurar la nueva vida artística xalapeña de grupos y ligas revolucionarias reunidos en cafés para difundir sus ideas en revistas y periódicos: se fundaron las revistas Horizonte, órgano de difusión de las ideas estridentistas, dirigida por Maples Arce; y Ruta, de los cultivadores de la literatura social con José Mancisidor como líder.
Xalapa fue la sede de la única vanguardia del país con el desarrollo del estridentismo entre 1921 y 1927, gracias al apoyo del gobernador Heriberto Jara Corona a los escritores Arqueles Vela, Germán List Arzubide y Manuel Maples Arce.
En 1929 se funda la primera Orquesta Sinfónica financiada por el gobierno de un estado la Orquesta Sinfónica de Xalapa, a la sazón una de las pioneras de la República mexicana.
En los años treinta se invierte en arte público como las esculturas de las cuatro virtudes cardinales de Enrique Guerra, los murales de la nueva sede de la Escuela Normal firmados por el artista José Chávez Morado, y el mausoleo a los agraristas en forma de pirámide trunca construida en la cima del cerro Macuiltépetl.
De 1944 a 1968 se gestó y resplandeció la generación fundacional de la Universidad Veracruzana y la del medio siglo xalapeño, cuyos fundamentos intelectuales fueron buscar la pluralidad. Al parecer ellos no se dejaron influenciar por los postulados revolucionarios del centro de la república y optan por el cosmopolitismo como estrategia para crear lo propio y difundir lo universal a tal punto que sus miembros se afanaron en vincular a Xalapa con el quehacer cultural y literario de otros países.
En su primer cuarto de siglo la Universidad Veracruzana consolidó una de las más importantes instituciones culturales a nivel nacional con sede en esta capital que hasta hoy encausan la vida artística y cultural: las organizaciones musicales, los institutos de investigación, la escuela de bellas artes, el departamento editorial, las revistas, las producciones artísticas, los grandes eventos, la infraestructura cultural asientan relevancia de esta universidad.
Entre 1968 y 1981 ocurre el gran cambio en las políticas culturales y educativas de nuestra ciudad. Observamos ya un incremento en los presupuestos para el fomento de la humanidades, las artes, la ciencia y por supuesto es una gran etapa dónde el aparato e infraestructura para la cultura se amplia, así como los públicos, los lectores, y el estudiantado y se promueve la formación intelectual de la población. La cultura nacional inicia también su descentralización y reconoce los procesos regionales en la construcción de su cultura e identidades propias, se aminoran las distancias culturales entre la capital y las ciudades. Parte del mérito de este proceso se debe al crecimiento de las universidades estatales, como las de Guadalajara, Guanajuato y la Veracruzana.
Los años setenta fue una gran temporada para la proyección de los nuevos grupos artísticos como OrbisTertius –formado en 1975–, y el ballet Folklórico de Miguel Vélez Arceo, entre otros,y sobre todopara la nueva pujante generación de artistas plásticos como Pepe Maya, Fernando Vilchis, Leticia Tarragó, Adrián Mendieta, Rafael Villar, Pablo Platas, Guillermo Barclay, Mayra Landau. Todos ellos beneficiarios del esfuerzo de Carlos Jurado, fundador del Instituto de Artes Plásticas. Donde también tuvieron éxito los magníficos esfuerzos por la difusión del cine mundial del ilustre maestro Lorenzo Arduengo Pineda que en ello traería camino andado y compañeros de viaje desde 1959.
En 1973 se consolidó la unidad interdisciplinaria de actividades estéticas y creación artística, los talleres libres de arte, después de ver naufragar la efímera galería independiente Libertad, esfuerzo de varios artistas xalapeños.
En 1979 se construye El Ágora de la ciudad que inauguró una nueva etapa cultural en la ciudad de Xalapa brindando espacios para la promoción y difusión cultural a muchos creadores y promotores, pero sobre todo siendo un laboratorio de atención a las necesidades y aspiraciones de una ciudad que luchaba por integrarse al concierto de la modernidad mexicana.
Las dos grandes obras de la década de los ochenta fueron sin duda el Museo de Antropología de Xalapa encargado por el gobernador Agustín Acosta Lagunes al arquitecto norteamericano Raymond Gómez cuyo proyecto tomó 15 meses llevar a efecto para finalmente inaugurarse en 1986. Efectuó la obra el gabinete Durrelly Stone, de Nueva York. Además de el MAX en esta administración se realizó la restauración total de la hacienda El Lencero, y se conformó gran parte de la colección permanente del Museo de Arte del Estado con sede en el ex oratorio de San Felipe Neri en Orizaba.
En abril de 1987, en la administración del gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, se inaugura el Instituto Veracruzano de la Cultura, un proyecto propuesto por la crítica de arte Dra. Ida Rodríguez Prampolini, con lo que comienza una nueva época para las políticas culturales veracruzanas.
Xalapa es hoy una de las capitales culturales más importantes de México y de latinoamérica. Su prestigio como sitio generador de creatividad artística y cultural la potencian como referente indudable para abordar el quehacer intelectual, literario, musical y escénico de nuestra República. Esta vocación innovadora no sería posible sin la existencia de una magnífica infraestructura cultural que garantiza el libre acceso y disfrute de los bienes culturales a todo los sectores de la sociedad veracruzana.
Si Xalapa constituye un nodo central de la vida cultural del país y del continente, ello se debe al papel primordial que cumple el Gobierno del Estado de Veracruz, sus instituciones culturales, la Universidad Veracruzana y sobre todo el denodado esfuerzo permanente de sus organizaciones independientes y autogestivas. Una red que hoy constituye el sistema nervioso de una ciudad que forja el futuro sembrando en las nuevas generaciones la pasión por las artes y el reconocimiento y orgullo del patrimonio y diversidad cultural del estado.
Actualmente, a pesar de las coyunturas económicas, políticas y de seguridad del país, esta bella ciudad conserva una fuerte vocación creativa y artística como pocas en nuestro país pero sigue esperando su siguiente edad de oro.