GOBIERNO DE VERACRUZ ¿AHORA CONTRA LA IGLESIA?
La esperanza de la clase gobernante en Veracruz es que desaparezca y se olvide ese episodio fatal donde se desvanecieron las posibilidades de la sucesión gubernamental; es decir, la literal madriza que le dieron a decenas de jubilados y pensionados el pasado 23 de diciembre, en Xalapa, y que mereció el repudio generalizado de la sociedad veracruzana.
Y es que nadie, en su sano juicio, manda a policías para golpear viejitos. Así de simple.
Para lo anterior, una anécdota de un jefe policiaco al que le habían ordenado desalojar un Palacio Municipal en la sierra de Soteapan, quien al darse cuenta de que dicho lugar estaba rodeado de niños, ancianos y mujeres, ordenó a la tropa replegarse aún contra las órdenes superiores de la Secretaría de Gobierno, que en ese entonces mandaba a la Policía Estatal. Lo anterior mereció el reconocimiento del mandatario en turno al jefe policiaco, quien le dijo: “Usted sí sabe cuidar a su gobernador”. Los nombres los reservamos por privacidad de los personajes.
Regresando al presente, resulta verdaderamente nefasto que no hubiera nadie para atender el asunto; que todo mundo se largara irresponsablemente de vacaciones y le dejaran encargado el changarro al oaxaqueño Flavino Ríos, pero que no hayan subsanado el asunto de los pagos pendientes a pensionados, lo que hubiese evitado el escándalo.
Y Flavino tuvo que echarse el moco porque ni modo que dijera que el gobernador es el culpable, aunque llama la atención que siendo un político de los más experimentados en el gabinete, haya ocurrido una situación de desalojo violento en contra de ancianos. Creemos que con la experiencia de Flavino, lo último que hubiese sido tomado en consideración fuese el uso de la fuerza pública… A menos que alguien no quisiera cuidarle la espalda al gobernador y exponerlo como se hizo.
¿Habrá habido plan con maña? Porque el jefe de la Policía, Arturo Bermúdez Zurita, se hizo ojo de hormiga en estos días y no dio la cara por el operativo donde sus muchachitos empujaron, usaron bastones y hasta picanas eléctricas para que los “pinches pensionados” (así como los “pinches medios” presentes) abrieran paso en la avenida Enríquez, frente al Palacio de Gobierno.
Pero lo que también ha destacado en este 2015 han sido la cantidad de confrontaciones innecesarias que el Gobierno de Veracruz ha propiciado de manera pendenciera, intolerante, y peor aún, despótica.
Primero fue con los empresarios constructores, a quienes no sólo no les pagan, sino que el 14 de enero fueron citados a una reunión con el entonces secretario de Finanzas, Mauricio Audirac, les cancelaron a última hora mientras esperaban en la sala de reuniones de la Sefiplan y todavía fueron desalojados por la fuerza de las oficinas gubernamentales.
De ahí en este año el pleito más visible fue contra la Universidad Veracruzana, misma que ha tenido prácticamente que rogar que le paguen los recursos que el gobierno estatal adeuda, y éste ha argumentado que no tiene la obligación de hacerlo porque se trata de un “subsidio”. Incluso quien ha entrado a defender la postura oficialista, es el Instituto de Pensiones del Estado (IPE) que se supone debe ser imparcial.
El conflicto creció de tal manera –a la par de los pensionados– que el Gobierno del Estado se quedó sin argumentos fundamentados para negarse a pagar lo que debe a la máxima casa de estudios, además de que la comunidad académica estaba condenando lo que pasaba en Veracruz.
Otro de los detalles perceptibles, en el tema político, ha sido la mofa que el gobernador Javier Duarte ha hecho de sus opositores y críticos: primero el asunto de la caña de pescar que el mandatario regaló al senador Héctor Yunes Landa para su caza de peces gordos, el 27 de septiembre de 2015.
Posteriormente, el mismo ejecutivo satirizó una declaración que el dirigente del PRI en el país, Manlio Fabio Beltrones, hizo en Perote el 27 de noviembre al mismo senador al decirle “¡Felicidades, Héctor!” y que se ha interpretado como la señal más clara de que Yunes Landa será el candidato del tricolor a la gubernatura de dos años. En este caso, el gobernador Duarte, junto al dirigente del PRI en Veracruz, Alberto Silva, desayunó en días posteriores con un grupo de connotados periodistas y espetó a modo de burla: “¡Felicidades, Beto!”, lo que llegó a oídos del sonorense.
Al cierre del año, sorprendentemente y contra todo lo que se podría esperar de un gobernador que dice respetar la libertad de expresión, arremetió contra el legendario periódico Notiver, del puerto de Veracruz. El ataque fue tan burdo y mal planeado, que sólo logró que la mayoría de los periodistas le recordaran que este sexenio ha sido el más intolerante a la crítica y el que más ha agredido a reporteros y trabajadores de medios de comunicación. La campaña difamatoria contra Notiver cesó de un día para otro, pero muy tarde.
A pocas horas de que el 2015 termine, no sólo se mandó a la fuerza pública a reprimir una protesta legítima de quienes toda la vida trabajaron como burócratas y hoy no les quieren pagar a tiempo ni en forma lo que por derecho les pertenece, sino que aparentemente se volvieron a pelear, innecesariamente, con otra institución.
El evento surgió a raíz de un enfrentamiento “verbal” vía Twitter entre dos aspirantes a la gubernatura: el panista Miguel Ángel Yunes Linares y el priista Alberto Silva Ramos; el primero daba a conocer el 22 de diciembre que el gobernador se encontraba de vacaciones en el Estado de México y el segundo le contestó diciendo que mentía y que el mandatario se encontraba en una reunión con obispos del estado en la Casa Veracruz. Todo esto en medio de la crisis por los jubilados que tomaron las calles de Xalapa en demanda de sus pagos pendientes.
Posterior a la revelación del líder priista, se envió un comunicado a medios de comunicación donde efectivamente se ve a Javier Duarte de Ochoa, a su esposa Karime Macías de Duarte y al menos a 9 sacerdotes, pero no en Casa Veracruz, sino en alguna casa de obispado; al menos así se aprecian en las imágenes religiosas que adornan el lugar y la decoración austera, propia de un hogar religioso. Según datos posteriores, la reunión se llevó a cabo en el puerto de Veracruz, pero no el martes 22 de diciembre, sino el 21.
Incluso el haber usado a los obispos como escudo para justificar la ausencia del mandatario (que ha sido notoria en estos días decembrinos), parece haber enojado a la cúpula católica veracruzana, como lo muestra el comentario del padre José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, poco después de la revelación de Silva Ramos: “Es indignante, injusto, vergonzoso, incorrecto… Que las personas tengan que tomar la calle para reclamar un DERECHO como la PENSION, EL TRABAJO, LA SEGURIDAD… Todo esto sólo confirma la burocracia, la ineptitud y la Corrupción de quien administra los bienes públicos”.
Sin duda el comentario es de enojo por la situación de los jubilados, pero el padre Suazo no haría tal afirmación a la ligera y mucho menos sin el consentimiento de los jerarcas católicos, especialmente por la formación de reserva y mesura de los sacerdotes.
¿Será que se abrió un nuevo frente en plenos días donde se pregona el amor y la paz? Nuevamente se hace notoria la ausencia del Tío Fide operando y dirigiendo la orquesta, aunque no nos sorprendería que haya venido en estos días a tener otro cónclave con sus hijos putativos. Ya se sabrá.
EPÍLOGO
Trasciende que la golpiza que le dieron a pensionados asunto no salió en noticieros de escala nacional porque el asunto lo pararon desde Los Pinos, donde no les gustó para nada las medidas adoptadas por el Gobierno de Veracruz para desalojar a los pensionados, pues no sólo afectan a Javier Duarte o al Gobierno de Veracruz, sino que de rebote llegan al PRI y al propio presidente Enrique Peña Nieto… ¿Será verdad o puro choro por lo del 28 de diciembre?
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.