Raúl López Gómez/Cosmovisión
Clima… terio
Xalapa sigue siendo un reto para los predictores del clima, por mucho que avance la ciencia climatológica nuestra ciudad se comporta caprichosamente; ya pueden coincidir todos los satélites que circunvuelan el planeta, respecto a si en Xalapa hará frío o calor, lluvia o niebla, si a nuestra ciudad de las flores le da la gana, puede pasar de una mañana soleada a un granizada de huevos antediluvianos en unos cuantos minutos, así que un jalapeño bien previsto para sortear el clima debe salir a la calle con paraguas y hotpants, botas de hule y chanclas, camisa playera e impermeable, gorra deportiva y armadura.
Por las noches se acuesta uno sudando y en la madrugada tiene uno que hacerse un ovillo para no agarrar una hipotermia que nos pase a mejor vida. Eso me pasó antier, al acostarme aventé el cobertor porque me acaloraba, me desabroche la camisa y el pantalón de la piyama, y en el veladuerme de la madrugada, todo encogido y destapado me abroche los botones de la ropa de noche y me cubrí con el cobertor que había despreciado horas antes.
Ya amaneciendo, al pararme de la cama en la penumbra, sentí un tirón en alguna parte del cuerpo y no me pude enderezar, me quedé agachado como un pizcador de algodón, cuando trataba de enmendar la postura sentía que se me arremangaba todo, así agachado encendí la luz y desperté a mi mujer alarmado: No sé qué me pasa –le dije- no me duele nada, pero no puedo enderezar el cuerpo. Ella me miró preocupada y me dijo: -A ver, trata de enderezarte despacio, y cuando lo intenté con los mismos resultados de antes se sonrió y me hizo notar: -Te abrochaste el segundo botón de la camisa con el ojal del calzón.