
Gabriel García-Márquez/Sentido común
XALAPA, Ver., 16 de noviembre de 2015.- El actual episodio de El Niño está contribuyendo a condiciones meteorológicas extremas, mismas que continuarán intensificándose previsiblemente a finales de año, con lo cual habrá un considerable aumento de la temperatura, informó este lunes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En su último boletín El Niño/La Niña hoy, en vísperas de una conferencia internacional sobre El Niño, organizada con la finalidad de aumentar los conocimientos científicos de este fenómeno, se indica que el valor máximo promedio de la superficie del agua en las zonas central y oriental del Pacífico tropical superará la temperatura normal en 2 ºC, por lo que el presente episodio de El Niño se situará entre los tres más fuertes registrados desde 1950.
“Las graves sequías y las inundaciones devastadoras que se están experimentando en las zonas tropicales y subtropicales caracterizan el presente episodio de El Niño, el más fuerte registrado desde hace más de 15 años”, dijo el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud.
Se trata de un fenómeno natural, resultado de la interacción entre el océano y la atmósfera en las zonas oriental y central del Pacífico ecuatorial. Habitualmente, los episodios de El Niño se intensifican a finales de año, alcanzando su fase máxima entre octubre y enero del siguiente. Es frecuente que persistan hasta bien entrado el primer trimestre del año antes de empezar a debilitarse.
“Este año estamos mejor preparados que nunca. Los países más afectados, basándose en las advertencias de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, están planificando la preparación para El Niño y sus consecuencias en sectores como la agricultura, la pesca, los recursos hídricos y la salud, y están poniendo en marcha campañas de gestión de desastres para salvar vidas y reducir al mínimo los daños económicos y las perturbaciones”, añadió.
En sus palabras, “por tanto, ese fenómeno natural de El Niño y el cambio climático inducido por el ser humano tal vez interactúen y se modifiquen mutuamente de formas que no hemos experimentado nunca en el pasado”.
Entre las consecuencias de El Niño se encuentra el disparo en los récords de las temperaturas oceánicas, lo cual ha contribuido a una decoloración de los corales a gran escala; también ha habido una estación de ciclones tropicales muy activa en las cuencas occidental y oriental del Pacífico Norte; el fenómeno suele estar relacionado con sequías en Asia suroriental, lo que ha alimentado los incendios forestales en Indonesia. Por otra parte ha provocado la disminución de las precipitaciones en el Pacífico suroccidental (desde la zona suroriental del sur de Papua Nueva Guinea hasta el sur de las Islas Cook) y su aumento en el Pacífico central y oriental (p. ej., en Tuvalu, Kiribati, Tokelau y Nauru). Influye en el número de ciclones tropicales y sus trayectorias preferentes, por lo que existe el riesgo de episodios de precipitaciones extremas incluso cuando se prevén condiciones más secas de lo normal.