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Acertada designación en Cultura del Ayuntamiento de Coatzacoalcos
La tienda de abarrotes de don Baltazar Sánchez Tárano, que entre la segunda y tercera décadas del siglo XX destacó por ofrecer la mejor selección de granos de café y su tostado puro en la región centro del estado de Veracruz, al final del otoño de 2015 se transformó en el Centro Cultural Casa Baltazar, cumpliendo el sueño de su familia: promover la cultura cordobesa y el arte universal, al ‘hospedar’ exposiciones de artistas plásticos locales y de otras partes del mundo.
Máquinas tostadoras y envasadoras utilizadas hasta los años noventa –cuando los Sánchez mudaron su negocio–, que durante 20 años permanecieron en lo que terminó siendo una bodega, sirven hoy de escenario en los espacios de exposición, que en dos meses han recibido muestras fotográficas, ciclos de cine, fandangos y talleres de escritura creativa, de zapateado y de kamishibai (teatro de papel tradicional japonés).
La nieta de don Baltazar Sánchez, actual directora general del Centro Cultural, María Sánchez, retomó el proyecto familiar y al lado de Luis Javier Rodríguez, director de Programación y Curaduría, lo echó a andar.
“Vamos a hacerlo lo más contemporáneo posible, a la par de lo que se está haciendo en cultura en el nivel mundial; vamos a hacer el gran esfuerzo de conformar un centro cultural de avanzada”, dice Luis Javier, quien cita palabras de María.
Durante una entrevista en el área principal de este espacio, donde se establecerá una cafetería, le acompaña Ana Robledo, directora de Proyectos. Luis Javier asegura que en Córdoba existen artistas plásticos, músicos y promotores de arte valiosos, pero cada quien ejerce de manera individual, por su lado. Es necesario integrarlos a un escenario cultural, considera.
“En Córdoba había un movimiento cultural siempre a punto de concretarse. Se está dando y estamos contentos porque Casa Baltazar ya es parte de este movimiento, que era inevitable”.
La ciudad de Córdoba cuenta con lugares para exponer obra, como el Teatro Pedro Díaz, la Casa de Cultura y el Museo de la Ciudad, con una versión de la cultura muy establecida y reconocida: “Pero nosotros queríamos ofrecer una visión contemporánea”, afirma Luis Javier, graduado en Cine Digital y maestro en Estética y Arte.
Las nuevas generaciones cordobesas tienen como únicos referentes cercanos a algunos artistas como Jorge Cuesta y José García Ocejo. Sin embargo, los impulsores del Centro Cultural Casa Baltazar han apostado también por mostrar arte de vanguardia de interés regional, nacional e internacional, como la ‘Escritura Asémica’ que actualmente se exhibe en sus instalaciones.
“Queremos justo propuestas de arte emergente que no tienen todavía reconocimiento popular, pero en nivel mundial vienen con mucha fuerza. Al mismo tiempo, se trata de reconocer el talento de jóvenes que no tienen una propuesta bien delimitada, pero están generado obra y nosotros vemos que traen una gran dirección”, considera Luis Javier.
Como dice también el artista Ramón Almeda: el arte emergente se aplica a todos estos creadores que en una etapa inicial o más desarrollada aún se encuentran sumidos en el anonimato, mayormente, y sin un vínculo sólido para la comercializar y exhibir su obra.
Ana Robledo, egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y con experiencia en series de televisión y cortometrajes, se sumó a esta propuesta como directora de Proyectos. Explica que están interesados en mostrar “arte de vanguardia hecho por jóvenes”, con miras a crear una comunidad en Córdoba, Orizaba, Veracruz y otros municipios de la región: “Que la gente empiece a reaccionar ante el arte que a nosotros nos interesa”.
A dos meses de abrir las puertas de Casa Baltazar, el público no sólo ha respondido a la convocatoria; su participación ha ido en ascenso: “Lo más sorprendente es que vienen jóvenes y personas adultas, que son los que se muestran más interesados, tanto en redes sociales como en visitar nuestra sede. Hay público de todas edades, de todos los estratos sociales”.
Los visitantes son, principalmente, habitantes de la ciudad de Córdoba, pero la publicidad ‘de boca en boca’ y en las redes sociales ha provocado interés, por lo que confían en que su público aumente.
El mayor reto hasta ahora, cuentan Luis Javier y Ana, ha sido encontrar la estrategia correcta para la propuesta que se presenta y saber dirigirla al público. En el caso del Cine/Ciclo, “lo más importante es comunicar qué tipo de cinta se exhibe, por qué es reconocida, hablar sobre el director y su modo de filmar”. Por ejemplo, si incluye planos largos o un ritmo lento, precisar información con la advertencia de que no será una película convencional, pero sí interesante.
Casa Baltazar ofrece actualmente una muestra de Escritura Asémica en la que participan artistas de Italia, Francia, Indonesia, Islandia y el Reino Unido, pertenecientes a un colectivo que antes de llegar a este espacio en la avenida 4 número uno, de Córdoba, se expuso en Italia.
El sitio cuenta con patio central, mezzanine, aula de lectura con donaciones del Museo Rufino Tamayo y otras editoriales, una biblioteca de Catálogo Contemporáneo –que recibe libros elegidos por expertos y los renueva cada mes–, salón de usos múltiples, sala para proyecciones, tienda de café y una sala de catación. El horario de apertura es de lunes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas; los domingos, de 11:00 a 18:00 horas.
En la zona centro del estado de Veracruz, una región con evidentes carencias en la promoción de las artes y los creadores, Casa Baltazar se alza como una plataforma que, ligada a la cultura del café, se desmarca de los proyectos provincianos y junto con colectivos y artistas establece una agenda de difusión de la cultura contemporánea mundial en nuestro país.