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MORELIA, Mich., 16 de diciembre de 2014.- Casi diez años de trabajo y cualquier cantidad de viajes, son el trasfondo de Mares de cocaína. Las rutas marítimas del narcotráfico (Grijalbo), de Ana Lilia Pérez. Su investigación documenta cómo aperan las mafias mexicanas para distribuir droga a nivel mundial. Descubre el andamiaje que emplean las organizaciones criminales para hacer que la droga -la cocaína, en especial- llegue lo mismo a los elegantes barrios neoyorquinos que a las calles de Barcelona o los pueblos costeros del Mediterráneo, a los consumidores mexicanos, según una nota de Aristegui Noticias.
Sobre el origen del libro, comenta que empezó a trabajar en él en 2004. “Nuestro país es un punto medular porque los traficantes mexicanos han alcanzado un liderazgo inusitado en el transporte de drogas por todo el planeta. Pude explorar las rutas del Mar del Norte o del norte de África, sitios a donde han llegado las redes del crimen organizado mexicano”.
Su investigación revela una forma de operación del crimen organizado poco atendida. Solo observando esta mecánica se puede entender porque los traficantes mexicanos han crecido tanto a nivel mundial.
“Hemos visto algunos datos sueltos de cargamentos del Cártel de Sinaloa que llegan a países como Australia y regiones de África o Europa, pero no se había explicado la mecánica con que opera y sobre todo los nexos que hay a nivel internacional para favorecer a las mafias.
Nunca me imaginé que podría viajar en barcos cuyas tripulaciones narran cómo en algunas regiones operan las mafias mexicanas e italianas de manera asociada; o que podría documentar cómo la gente de pueblos africanos que antes trabajaban para quienes practican la piratería moderna ahora sirven de halcones a los cárteles mexicanos”, apuntó.
La nota completa en Aristegui Noticias