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XALAPA, Ver., 30 de julio de 2015.- Para combatir el delito de trata de personas se deben cambiar las conductas sociales, explicó la Fiscal Especializada en Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas de la Fiscalía General del Estado (FGE), María del Rosario Lagunas Jiménez.
En entrevista para Quadratín Veracruz, explicó que el ilícito, contempla un sinfín de modalidades con las actualizaciones a la legislación, y es que anteriormente sólo se le relacionaba con abusos sexuales, pero actualmente este delito se castiga, en caso de los menores, desde la mendicidad y empleos de cualquier índole.
“Además estamos trabajando en identificar estos hechos, dado a que las denuncias que se reciben son pocas. Caminamos por todas las ciudades, por las calles, cruceros, parques y jardines, preguntando a los niños que podrían estar siendo víctimas y a toda persona que indique lo mismo”.
A la fecha, se mantiene en resguardo de la Casa Asistencial Conecalli, del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) a algunos niños que se recogieron de la calle, pues estaban siendo explotados con la venta de dulces.
También se ha retornado a tres pequeños del estado de Puebla, que se encontraban en la misma circunstancia, “porque independientemente de que aparentemente sólo estén vendiendo galletas, esto es trata; estén o no con sus padres porque no tienen ellos por qué trabajar cuando son niños que no llegan ni a los 10 años, incluso hay niños que apenas pueden caminar porque no pasan de los tres años y ya están siendo violentados”.
Dijo que si bien el Ministerio Público (MP) tiene un esquema de trabajo definido para el castigo de quienes cometen este ilícito, el fiscal general del estado, Luis Ángel Bravo Contreras, ha instruido privilegiar el método de la prevención.
“Para qué sancionar a los padres si son ellos su principal vínculo familiar, a lo mejor los perjudicamos más, pero sí actuamos con mano firme en una advertencia y si reincide entonces sí les quitan para buscarles una mejor familia, primero recurrimos a la familia segunda, los abuelos, tíos; de no encontrar quién se haga responsable de un estilo de vida sano, entonces ya se pide el apoyo del DIF Estatal”.
La abogada sostuvo que una acción importante con la que la sociedad puede contribuir es evitando las dádivas a la niñez y comprándoles lo que ofrecen.
“Los padres ponen a los hijos a vender porque están ciertos de que los niños venden más, porque ocasionan lástima; es decir, por conmiseración, por benevolencia, se les regala una moneda y se les fomenta que ese círculo de explotación continúe”.
Expresó que este fenómeno debe observarse de forma holística, donde la Fiscalía General del Estado es investigadora y partir del planteamiento de hipótesis.
“Digamos que el hecho de vender en las calles no es malo, lo malo es que lo estén nuestros menores, que lo hagan de forma forzada para explotarlos, que se haga para obtener dinero a cambio de ellos. Y la realidad aquí es que sí, los niños en las calles venden mucho más que las personas adultas”.
Sostuvo que además de ese abuso, estar “solos” en las calles les obliga a enfrentarse a riesgos de todo tipo.
“La finalidad de trabajar en conjunto es evitar conductas que pudieran darse en este fenómeno de tener a los niños en situación de calle”.
Indicó que esta labor se debe aplicar a discreción, a fin de no alertar a los posibles delincuentes responsables de los hechos.
“Nosotros poco publicitamos los operativos, porque lo que menos queremos es que se den cuenta y así de esa manera obtener resultados más concretos”.
Refirió que la Ley General contra la Trata de Personas establece que todo trabajo que involucre a niñas, niños y adolescentes, contrario a las disposiciones oficiales, es trata y por tanto un delito que se castiga con cárcel a quien lo comente.
Abundó que en ocasiones, a través de los operativos realizados, se ha logrado la recuperación de hasta 15 niños en los cruceros de las principales ciudades de Veracruz.
Finalmente, María del Rosario Lagunas Jiménez expresó que una de las características de la trata de personas, considerado un flagelo social, es que las personas que se ubican siempre serán foráneas.
“Por ejemplo, aquí tenemos gente de Puebla, de Oaxaca, de otros estados lejanos y muy seguramente en aquellos estados lejanos hay veracruzanos en la misma situación; este ilícito busca que la persona violentada no tenga posibilidades de escape, siempre se les mantiene sometidas; lo que hace el tratante es disminuir la capacidad de respuesta para salir de ese círculo vicioso”.