Los enemigos del pueblo
En 1998 fue emitido el Decreto mediante el cual se creó la Reserva de la Biósfera de los Tuxtlas, en el sur de nuestro estado y es que de 1967 a la fecha, ésta prácticamente se extinguió.
La biósfera, como es también conocida, comprende 8 municipios (Ángel R. Cabada, Santiago y San Andrés Tuxtla, Catemaco, Soteapan, Macayapan, Tatahuicapan de Juárez y Pajapan), así como 3 cuencas: las de Papaloapan, Coatzacoalcos y la del Golfo, así como 9 subcuentas, por lo que los más de 32 mil habitantes de comunidades como López Mateos, Sontecomapan, Montepio, Arroyo de Lisa, Costa de Oro, Margaritas y Miguel Hidalgo, han aprendido no sólo a cuidar sus recursos naturales, sino a valorarlos.
Su grandeza radica en que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), de las 23 mil 702 especies de flora existentes en el país, 2 mil 697 están en este punto; es hogar además de 46 de las 290 especies de anfibios, de 120 de los 704 reptiles, de 565 de las mil 54 aves con que contamos en el país así como de 139 clases de mamíferos y mil 117 diferentes insectos, de los cuales 872 son diferentes tipos de mariposas. En la Reserva veracruzana conviven más de 50 especies endémicas, acabar con ella, es terminar también con los pocos ejemplares de flora y fauna que aún subsisten.
Sin embargo, desde 1979, cuando iniciaron los primeros esfuerzos significativos por su preservación, cuando el Volcán San Martín fue declarada como Zona Protectora Forestal y de Refugio de Fauna Silvestre, hoy las cosas pudieran dar un vuelco.
Y es que grupos ambientalistas han comenzado a movilizarse dado que existe la intención de extraer roca basáltica para la ampliación del Puerto de Veracruz, justamente de un banco ubicado dentro de la Reserva, en el Ejido Balzapote.
Si bien la Administración Portuaria Integral de Veracruz (APIVER) ha ingresado ante la Semarnat el proyecto de impacto ambiental, 30VE2014FD006, denominado Aprovechamiento y Explotación de Roca Basáltica y publicado ya en la Gaceta Ecológica de la dependencia el pasado 13 de febrero, aún no se ha dado la autorización (http://dsiapps.semarnat.gob.
Se trata pues, de extraer más de 7 millones de metros cúbicos lo que condenaría a muerte a muchas especies que ahí se localizan.
Desde un punto de vista económico, hay quienes incluso cuestionan la viabilidad financiera del proyecto, pues la distancia aproximada entre ambos puntos es entre 110 y 150 kilómetros en promedio. Pero además, el acarrear tal cantidad de piedra provocará también un impacto en las vías de comunicación de la zona.
Reitero: la Semarnat tiene la última palabra en el tema, sin embargo bien valdría analizar otras opciones, pues aunque necesitamos urgentemente ampliar la zona portuaria, no podríamos hacerlo a costa de uno de los pocos pulmones que aún le quedan a nuestro país.
@YamiriRodriguez