Andi Uriel Hernández Sánchez/Contrastes
Desde los inicios del siglo XXI, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, han venido formando un grupo conocido como BRICS. A partir de junio de 2009, los gobiernos de estos países han celebrado varias reuniones y la última de ellas tuvo lugar en la ciudad brasileña de Fortaleza durante los días del 14 al 16 de julio del 2014. Asistieron a la Sexta Cumbre del BRICS los mandatarios: Dilma Rousseff de Brasil; Xi Jinping de China, Vladimir Putin de Rusia; Jacob Zuma de Sudáfrica y Nerendra Modi, primer ministro de India.
La cumbre de Fortaleza atrajo la mirada y atención de los principales actores políticos en el mundo, no sólo por las personalidades que se dieron cita en ella, sino por la trascendencia de los temas ahí discutidos: la creación de un banco de desarrollo, el acuerdo de reservas de contingencia, la posible desdolarización, (usar como moneda el yuan en lugar del dólar), diseño de estrategias de cooperación multilateral y la defensa del derecho de los pueblos a su libre determinación, el rechazo a la intervención extranjera en los asuntos internos de otros países, de la militarización de los conflictos y la disposición de acercarse a los países Suramericanos, así como al cuarteto de la comunidad de estados latinoamericanos (Celac).
Considero de gran importancia analizar esta cubre del BRICS, pues los 5 países que lo integran cubren más de la cuarta parte de la superficie terrestre, disponen del 42% de la población mundial, de alrededor del 45% de la fuerza laboral activa, de enormes y muy variados recursos naturales y crecientes potencialidades científicas y tecnológicas. Las cinco economías de estas naciones sumadas aportan el 21.1% del PIB global, equivalente a unos 15.8 billones de dólares y controlan el 11% de los capitales acumulados en el mundo. Según previsiones del Fondo Monetario Internacional, en el 2014, los cinco países serán los líderes mundiales en términos de crecimiento económico.
Los mecanismos económicos diseñados por el BRICS funcionarán como alternativa para los países en desarrollo, ante los programas de ajustes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, cuyos préstamos han implicado, como regla general, condiciones leoninas para los países endeudados, con la consiguiente merma en el gasto público, en la reducción de los poderes estatales y el desempleo.
Pero lo más interesante de la integración del BRICS consiste, en que nace una fuerza económica, política y militar capaz de hacer contrapeso al Imperio Norteamericano y sus aliados de la Unión Europea. El capitalismo, en su fase superior, el imperialismo, ha impuesto en el mundo entero el sistema económico más desigual, en cuanto al disfrute de las riquezas internas de los países, el suministro de materias primas baratas y la exportación de mercancías y capitales de las compañías norteamericanas a todos los rincones del planeta. El Imperio Yanqui es el verdadero culpable de la carencia de los recursos elementales para la alimentación, la salud, la educación, la vivienda y la inseguridad de los pueblos, así como de los bajos salarios y de la ignorancia.
Desde la caída del bloque socialista en 1991, Estados Unidos ha emprendido una política de rapiña a nivel mundial, con el propósito de apoderarse de los mercados y de las fuentes energéticas del mundo entero. Con la argucia de combatir el terrorismo, de defender la democracia y los derechos humanos, ha generado guerras como la de Iraq, Egipto, Libia, Siria y los ataques de Israel a la Franja de Gaza, en las que han muerto miles de civiles, mujeres, niños y ancianos. Ha cometido verdaderas atrocidades.
Por esto último, la integración del BRICS resulta alentadora para las mentes progresistas, para todos los que queremos un mundo con menos injusticias, en el cual todos tengan trabajo y puedan vivir en paz. Enhorabuena por este transcendental suceso.
Como era de esperarse, la reacción de los Estados Unidos de Norteamérica no se hizo esperar, pues a unos cuantos días de la Cumbre en Fortaleza, dio inicio una campaña mediática a nivel mundial en contra de Vladimir Putin, presidente de Rusia, acusándolo de financiar a un supuesto grupo que derribó el avión Boeing 777 de la empresa Malaysia Airlines con 298 personas a bordo, el pasado 17 de julio; también instrumentó sanciones económicas en contra de Rusia y de los demás países integrantes del BRICS.
Sin embargo, muchos analistas internacionales sostienen que el Imperio Yanqui va en declive y el BRICS en ascenso; lo que hace resurgir la guerra fría entre estas dos potencias. Espero que las clases trabajadoras del mundo se organicen y eviten una catástrofe mundial.