Autoridades federales investigan a Subsecretario de Agricultura de Veracruz
XALAPA, Ver., 28 de septiembre de 2015.- A un año de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, nos hemos propuesto que el tema no se olvide y genere una empatía pública creciente con manifestaciones pacíficas como la del sábado pasado, declaró el experto en materia de Derechos Humanos, Luis González Placencia.
En entrevista para Conexión Veracruz, recordó que luego de la tragedia, poco a poco fueron ganando espacio las voces que pedían “superar” este hecho, “dejar esto atrás”, pues “hay que superar este hecho y seguir adelante”, cuando existen familias que han padecido en carne propia estas circunstancias y deben permanecer con la voz en alto.
Resaltó que un “cúmulo de gente”, desde otras trincheras, ha estado atenta al caso Ayotzinapa; por ejemplo, destacó que la presencia ciudadana fue masiva y que los incidentes fueron menores y opacados por una actitud proclive a tonos pacíficos durante la marcha del 26 de septiembre.
Agradeció que esta vez no hubiera elementos granaderos sino de Tránsito, quienes perfectamente identificados, le dieron la confianza a la gente para manifestarse de forma ordenada pero enérgica, en comparación con otros años, cuando incluso existieron niños lesionados.
No obstante, consideró una desazón que de la reunión de los padres de los normalistas con el presidente Enrique Peña Nieto surgieran dos versiones completamente diferentes: una positiva del mandatario y otra negativa del abogado de las familias, pues divergieron en los acuerdos.
No obstante, aseguró que a quien hay que escuchar es a las víctimas, pues son ellas quienes piden los acuerdos y deben estar satisfechos con ellos, por lo que sugirió al gobierno federal tomar esta condición como eje a la hora de informar los resultados.
Consideró que el caso Ayotzinapa visibiliza la situación de “varias decenas de miles de familias” que piden localizar a sus parientes, pues al igual que los 43, merecen ser encontrados.
El experto en Derechos Humanos advirtió que este caso pone en el ojo del mundo a México, donde no se acepta que 43 estudiantes hayan desaparecido.
Lamentó que ahora se lidie no sólo con el hecho en sí, sino con las nuevas violaciones que han ocurrido luego de la tragedia, como la revictimización de las familias.
Sobre el caso de los mexicanos asesinados en Egipto luego de un ataque terrorista, consideró que antes de que el gobierno local pida una indemnización económica, debe hacerse un análisis preciso sobre si el ataque fue un error o si hubo corresponsabilidad, además de trasladar el caso a un Tribunal Internacional.
Destacó que México ha solicitado una investigación exhaustiva que aclare la muerte de los connacionales, lo cual media entre lo diplomático y político, pensando en que siempre será mejor que la relación diplomática dé sus frutos.
Sobre la reparación del daño, aclaró que lo que las autoridades deben aprender es que la solución a las violaciones graves a los derechos humanos no es el dinero, pues si bien es necesario por los gastos que genera la pérdida de una vida o una hospitalización, también lo es el perdón público, que tiene un gran peso que las autoridades no ven, pues se quedan con que detrás de ese perdón, hay un reconocimiento de una violación.