
Gana Maryjose Gamboa reconteo voto por voto en Boca del Río
XALAPA, Ver., 27 de septiembre de 2015.- Previo a la lectura del evangelio de este domingo, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, reiteró que en el Vaticano se analizan varios casos de mártires para su conversión en santos, y agregó que continúa avanzando el proceso de beatificación del padre Juan Manuel Martín del Campo.
Afirmó que este siervo de Dios ha sido de la simpatía del Papa Francisco, por lo que desde el año pasado en que los teólogos de la catedral de San Pedro hicieron las revisiones, los trámites han sido prontos.
“Y todos han votado por unanimidad a favor y le damos gracias a Dios por eso y ahora esperamos que por intercepción del padre Martín, ya como siervo de Dios Venerable, podamos recibir de Dios un milagro y si eso se comprueba, porque un milagro es algo que no puede resolver la ciencia humana, entonces ya podrá continuar el siguiente paso, que es la beatificación”.
Recordó que en la capital del estado, los católicos hicieron santos a san Rafael Guízar y Valencia y al beato Ángel Darío Acosta (nativo de Naolinco y martirizado en Veracruz).
Indicó que en el resto de las Diócesis del estado se estudian otras causas, como en Coatzacoalcos, el matrimonio Balmori; en Orizaba están abiertos los expedientes de las causas de Leonor Sánchez y de la madre Martha Christlieb. “Para que vean que son muchas las causas que tenemos abiertas en Veracruz y por eso tenemos que seguir con nuestra fe y por el camino de Dios”.
Asimismo, en el sermón desde Catedral Metropolitana ante la grey, enfatizó que desde antes de la creación del hombre, Dios ha dado amor al mundo, “y es tanto que entonces lo externa y hace la creación de lo visible y lo invisible, todo lo invisible se refiere a los ángeles, a todo eso que no vemos, y lo visible, pues toda la naturaleza y el universo mismo, tan maravilloso que tenemos y salió de la mano de Dios por amor”.
Subrayó que la misericordia de Dios se manifiesta mediante el poder y lo comparte porque el Todopoderoso no es egoísta ni envidioso, incluso compartiendo a su hijo único con el hombre para su salvación.