Raúl López Gómez/Cosmovisión
Manuel Rosete Chávez
“Qué ganas, pero qué ganas
le pone el PRI para no ganar en 2016”
Yo
Un Cisne en cristalería
Cuando el gobernador Javier Duarte de Ochoa decidió nombrar como Secretario de Desarrollo Social al entonces exalcalde de Tuxpan, Alberto Silva Ramos, todos captamos la señal, muy clara, de que él sería su candidato para la sucesión. Más tarde nos lo confirmaría el mismo Beto Silva durante un convivio de esos de petit comité, poniéndose a las órdenes de quienes simpatizaran con su proyecto.
Quién se atrevía a poner en tela de duda la versión. El mejor amigo de Javier Duarte, el mejor aliado político, uno de los mejores alcaldes que ha tenido Tuxpan en toda su historia, un joven con tablas, colocado en la dependencia donde el más pendejo se hace famoso regalando de todo como parte de los programas de asistencia social del gobierno… estaba en el camino correcto, en la ruta.
Sin embargo algo pasó, algo no salió bien.
Un día, y de manera sorpresiva, la periodista Gina Domínguez Colío, quien trabajó como jefe de prensa de Javier Duarte desde su precampaña, y que en justicia había sido colocada en la Coordinación General de Comunicación Social, dejó de serlo, sin que a la fecha nos expliquemos la razón de ese extraño cambio, sobre todo por la llegada a Comunicación Social de Alberto Silva, quien si bien es cierto había mostrado oficio político en los dos cargos que lo vimos desempeñar, con total lealtad al titular del Ejecutivo, también era cierto que de manejo de medios no sabía absolutamente nada.
Hábil como es, se rodeó de periodistas valiosos como Emilio Cárdenas Escobosa, Sergio González Levet y, después, Filiberto Vargas, quienes junto con Ezequiel Castañeda Nevares, político inteligente, de larga trayectoria en el servicio público, ávido lector de medios de comunicación, amigo de muchos periodistas, hicieron el trabuco en el que Silva se apoyó para sacar el encargo de su amigo.
Y desde el momento en que El Cisne entra como titular de Comunicación Social, los periodistas que se dedican al análisis de los acontecimientos políticos bajaron del caballo sucesorio al tuxpeño, toda vez que las condiciones en el área de comunicación del actual gobierno no han sido las mejores, con la herencia que recibieron de Fidel Herrera, quien en la última quincena de su gobierno se dedicó, además de saquear todo lo que pudo, a quedar bien con los propietarios de los medios de comunicación para que le protegieran las espaldas, autorizando, a través de su jefe de prensa Alfredo Gándara Andrade, que se duplicaran y en algunos casos hasta triplicaran los convenios económicos que tenía su gobierno, lo que generó una bola de nieve de miles de millones de pesos que el gobierno de Javier Duarte tuvo que pagar al arranque de su administración, pues no podía desconocer acuerdos de su antecesor y benefactor.
En esas condiciones y ante la necesidad de ir sacrificando importantes cantidades de dinero que se invertían en medios que de plano no sirven para nada, de egresos inútiles que el estado requería para organizarse y gastar con eficiencia, comenzaron a surgir los conflictos entre mercachifles del periodismo y el gobierno, y como la medida se hizo extensiva a algunos medios profesionales afectando la economía de estos, la cosa se puso peor.
Dicen que Beto Silva, para poder salir de manera decorosa del embrollo, cuando fue nombrado candidato a diputado federal recurrió al mismo truco de su maestro Fidel Herrera, repartió lo que no era de él para quedar bien, dinero de las arcas estatales, dejando nuevamente un tremendo hoyanco en esa conflictiva área que al parecer es la que más dolor de cabeza ha provocado al gobernante.
Total, Beto se fue a su distrito a tratar de ganar bien su elección, en el entendido de que entre él y Erick Lagos Galindo, quien obtuviera mejor calificación en las urnas sería el candidato final a la sucesión gubernamental. Beto ganó tres a uno pero Lagos lo superó en términos de cantidad de votos obtenidos, el caso es que ni uno ni otro fueron considerados por el priismo para la sucesión, para la minigubernatura de dos años que viene, por la sencilla razón de que los dos senadores priistas, Pepe y Héctor Yunes, comenzaron a trabajar, a intensificar sus actividades en la talacha a ras de piso, se fueron como cuchillo en mantequilla, sobre todo Pepe Yunes quien ha logrado bajar a los municipios más de 300 millones de pesos para obras de beneficio colectivo, y se apoderaron del escenario sucesorio.
De hecho, los dos aspirantes que el priismo reconoce son Pepe Yunes y Héctor Yunes, en ese orden, solo que… de momento, le dan una patada por el trasero al presidente del CDE del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra, y en uso de las facultades metaconstitucionales que tiene el gobernador Javier Duarte les clava a los priistas a su amigo Beto Silva, con el cuento de que así tiene que ser porque es el único que puede detener el avance del otro Yunes, del panista Miguel Ángel Yunes Linares, ya que a punta de tuitazos y demanditas en la PGR no lo deja. Total que trepa a Silva al CDE pasándose por el arco del triunfo los estatutos de su partido y, órale, a trabajar por la candidatura, esta es la última oportunidad y la aprovechas.
Y señales claras de que así es las dio El Cisne desde su toma de posesión al hacer referencia a una especie de consulta entre el priismo veracruzano para ver qué tipo de candidato se requiere y luego proceder a elegirlo. Luego pidió respeto para el gobernador Javier Duarte, lo que supone no han hecho los dos senadores, confundiendo la gimnasia con la magnesia: una cosa es que critiquen en uso de su legítima libertad de expresión y como representantes populares que son, la pésima forma de administrar los recursos y otra, muy distinta, faltarle al respeto, eso no lo ha hecho nadie. Luego, en una comida a la que asistió en compañía de su primo hermano Gabriel Deantes Ramos, en Zongolica, con el cacique Mario Zepahua, se comprometió a echar (expulsar) del partido a José Yunes Zorrilla, por su indisciplina, siendo que Pepe es el aspirante más aventajado y con el único que el PRI ganaría la elección a Miguel Ángel Yunes del PAN.
Total, Alberto Silva Ramos, que hoy culpa a todo el gabinete de los errores que comete y que perjudican al gobernante, a su mejor amigo, a quien lo está acelerando, se ha convertido en un “Cisne en cristalería”, y si no lo paran, ¡hasta la vista, baby!, la elección la perderá el PRI sin remedio. Beto tarde entro de lleno a la contienda y con una estrategia improvisada, solo basada en los golpes. Había librado el plumaje pero ya se manchó y mucho.
Diálogos por el Estado que Queremos
Otra vacilada del CEN del PRI
Uno de los temas prioritarios que se definirán en las plataformas electorales del PRI para la contienda electoral del 2016 es la transparencia y la rendición de cuentas, afirmó Manlio Fabio Beltrones, al recordar a sus colaboradores que en los Diálogos por el Estado que Queremos (actualmente en marcha en las 13 entidades donde habrá comicios locales en 2016) se incluye este aspecto como uno de los ejes de la oferta electoral del tricolor, en consonancia con los compromisos de la Alianza para el Gobierno Abierto que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto.
La cumbre de esa Alianza, realizada en días recientes en la ciudad de México, definió acciones de gobierno que somos los primeros en asumir como partido en el gobierno, con la participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas como principios democráticos básicos. Quien aspire a representar a nuestro partido como candidato a un cargo de elección popular, deberá asumirlos sin ambigüedades ni cortapisas, pues se trata de que los ciudadanos accedan a la información del quehacer del gobierno y conozcan en detalle y evalúen los asuntos públicos.
No perdemos de vista que un gobierno que tiende puentes de comunicación e interacción con los ciudadanos es un gobierno democrático que incrementa su eficacia y rinde resultados, finalizó Beltrones.
Reflexión
Este viernes sí habrá un gran anuncio, el de el apoyo del gobierno del estado para miles de agricultores, a quienes el gobernador Javier Duarte, entregará semillas mejoradas para detonar la producción del campo veracruzano.