Raúl López Gómez/Cosmovisión
“La corrupción en el gobierno es imparable.
Si el cinismo doliera, estarían en un grito”
Yo
Pepe Yunes es el necesario
En 1986, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado y la nomenklatura decidieron mandar como candidato al gobierno de Veracruz, un estado vital para el PRI en el poder, a don Fernando Gutiérrez Barrios, en virtud de que él, y nadie más, era la persona idónea para rescatar a un estado en manos de la delincuencia, al borde de la ingobernabilidad, cuyo mandatario, el economista Agustín Acosta Lagunes, había cedido a las presiones de los líderes de las pandillas de caciques de aquel tiempo que tenían en su poder a Veracruz dividido en regiones.
Hacía falta alguien que con mano firme pusiera orden e hiciera política, dos cualidades de las que carecía don Agustín.
Y era tan eficiente para esas cosas Gutiérrez Barrios que, desde su campaña, se encargó de echar de Veracruz a los caciques de cada región, dueños hasta ese entonces de la vida y el patrimonio de los veracruzanos.
Posiblemente en lo personal Acosta Lagunes no le caía mal al presidente Miguel de la Madrid, pero por encima de las querencias personales está el interés del estado y del país, en este caso, de la permanencia del partido en el poder. Si Agustín Acosta Lagunes, con el pésimo gobierno que había hecho ponía en riesgo la estabilidad política y social del estado y la permanencia del PRI en el poder, no había de otra que buscar a un sucesor que recompusiera la situación por el bien de todos, y así fue.
El pasado viernes nos sentamos a desayunar con el senador de la República José Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado de la República, los periodistas Víctor Murguía Velasco, Joaquín Rosas Garcés, Raymundo Jiménez García, José Ortíz Medina, Arturo Reyes Isidoro y el que esto escribe, además de los políticos Gonzalo Morgado Huesca, Armando López Contreras y el dirigente petrolero sureño Carlos Vasconcelos, y obviamente la charla giró en torno al futuro inmediato de Veracruz, a la situación en la que nos encontramos, a lo que vendrá después de las elecciones federales del 7 de junio y, obviamente, al proyecto del senador Pepe Yunes, quien ratificó su decisión de ir por la gubernatura de dos años que promovió y logró imponer el gobernador Javier Duarte de Ochoa, con lo que agotó la única posibilidad que tenía de conseguir del presidente Enrique Peña Nieto una decisión de esta magnitud, otra ya no.
Y, bueno, la interrogante que flotaba en ese ambiente de camaradería y política de primer nivel era en torno al futuro inmediato del grupo en el poder, autor de la debacle económica en que se encuentra Veracruz y del desorden que impera en todas las áreas de la administración pública estatal.
El escenario está más que listo para que al pasar el proceso electoral federal sucedan cosas importantes en Veracruz, como relevos en la delegaciones federales, cambios al interior del gabinete del gobernador Javier Duarte de Ochoa, acciones penales en contra de quienes están demandados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ante la Procuraduría General de la República (PGR) por presunto desvío de recursos en contra de colaboradores y exfuncionarios de las administraciones de Javier Duarte y Fidel Herrera, querellas que fueron interpuestas en noviembre pasado aunque apenas salieron a la luz pública, luego de que el Senado apoyara un punto de acuerdo para exhortar a la dependencia federal a que deslindara responsabilidades y, de ser necesario, emitiera órdenes de aprehensión en contra de los involucrados.
Si el gobierno de Enrique Peña quiere recuperar credibilidad tiene que actuar, y aquí tiene la oportunidad histórica de hacerlo para contener un poco la ofensiva de actores políticos de oposición que lo califican de incongruente, por crear instrumentos que se suponen van a luchar contra la corrupción y a transparentar el uso de los recursos públicos y por el otro se convierte en cómplice de quienes transgreden la ley para enriquecerse.
Por otra parte, los colaboradores cercanos al presidente Peña, a quienes escucha y cuyas opiniones pesan, consideran que la Federación debe entrar al rescate de Veracruz ya que hoy, más que nunca, el riesgo de que Miguel Ángel Yunes Linares (diputado plurinominal del PAN y virtual candidato a la gubernatura del estado) gane la de dos años está más cerca que los procesos anteriores en los que ha participado logrando el voto de un millón 300 mil simpatizantes. Abandonar al estado a su suerte o a los caprichos de Fidel Herrera Beltrán, equivale a ceder la plaza al PAN.
En estas circunstancias, el perfil del político priista que hace falta en estos momentos para garantizar la permanencia del tricolor en el poder es el de una persona que tenga conocimiento de las cuestiones financieras, con las relaciones suficientes con la Federación para, con su apoyo, resolver los grandes y graves problemas económicos en los que está hundido el estado; que tenga la mano firme para imponer orden en su equipo de trabajo, castigar a quienes hayan dispuesto de los fondos públicos en anteriores administraciones y garantizar la seguridad de los veracruzanos; que no tenga ninguna relación con el grupo de la fidelidad causante de la situación en que se encuentra Veracruz; que tenga autoridad moral y esto quiere decir sin antecedentes de haber cometido actos de corrupción al amparo del poder o de la función pública; que sepa hacer política, seria y profesional, cumpliendo los compromisos que contraiga y se convierta en el factor de unidad de los grupos políticos excluidos del poder por quienes hoy lo detentan como propietarios de una factura que los veracruzanos les firmaron, y que garantice que el PRI le gane la elección al panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Ese personaje se llama José Yunes Zorrilla quien, por cierto seguirá recorriendo el estado de lado a lado, gestionando recursos para los municipios y los grupos más necesitados, apoyando a los candidatos priistas a diputados federales, y con un discurso crítico, congruente con el que ha venido manejando, pero ahora más fuerte en relación con el gobierno estatal.
Leyendas urbanas
RODRIGO GARCÍA ESCALANTE llegó a la Dirección de Inversión Pública, de la Sefiplan, y se puso a chambear; los resultados de su trabajo pronto se verán reflejados en términos de eficiencia para el manejo de los fondos públicos. El que al parecer ya prepara su salida de la Sefiplan es el poderoso Subsecretario de Finanzas y Administración, Juan Manuel del Castillo (uno de los dos contados duartistas químicamente puros), al parecer por diferencias con el Subsecretario de Ingresos, Jorge Ramírez Tubillas. Del Castillo prefiere abandonar el barco***** JULEM REMENTERÍA, diputado local integrante de la comisión de Hacienda del Estado, calificó de “insólito” que se esté pensando en bursatilizar los ingresos del impuesto del 2 por ciento a la nómina, pues eso sólo implicaría incrementar la deuda pública del estado. En entrevista periodística reciente afirmó que existe la posibilidad de que ese dinero se pueda destinar a las campañas locales, que iniciarán en octubre próximo. No puede ser, están viendo la tempestad y no se hincan***** CAROLINA GUDIÑO CORRO no levanta ni polvo, ni nada, y en su desesperación le ha dado por culpar a cualquier gente de su desgracia como lo hizo recientemente y, de manera injusta, con el alcalde del puerto de Veracruz Ramón Poo, quien ha puesto todo su empeño en apoyar a las candidatas de su partido, el PRI, Mamilú Ingran Ballines y la propia Carolina quien por cierto tuvo la ocurrencia de asistir al funeral de la señorita Columba Campillo y que la corren. No se mide la pareja de Fidel, ya no respeta ni a los difuntos.***** ADOLFO MOTA HERNANDEZ, candidato del PRI a la diputación federal por el distrito de Xalapa rural, es otro de los abanderados tricolores que no ve la suya, por más que se esfuerza en recorrer su distrito, donde no lo conocen, no levanta, de varias comunidades lo han corrido y le han pintado leyenda en bardas y bambalinas alusivas a su preferencia sexual. Fito aguanta vara pero ya no ve lo duro sino…***** MARLON RAMÍREZ MARÍN, Subsecretario de Gobierno, se faja como los buenos chambeando horas extras en la solución de los problemas que diversos grupos políticos presentan al gobierno estatal. La semana anterior instaló una mesa de diálogo con el diputado Renato Tronco Gómez (en vivo, no su doble) y un grupo de sus representados del sur de Veracruz, para atender las demandas y terminar con los bloqueos que vienen realizando los “tronquistas” en diversos puntos del estado. En esa mesa de diálogo se analizaron las cincuenta peticiones que hizo el diputado local y una a una se fueron resolviendo.
Reflexión
Propongo un “Fito” para Jacobo Zabludowsky por ser la momia del periodismo más ajetreada y vendida en toda la historia del país, pero un título de doctor honoris (¿no será horroris?) causa de parte de la Universidad Veracruzana equivale a un recordatorio maternal para toda la comunidad universitaria y la opinión pública. No manchen. Escríbanos a [email protected] [email protected] www.formato7.com/columnistas