
Gabriel García-Márquez/Sentido común
Primero Colima, después Veracruz, me informan.
Me comentan mis fuentes en el centro del País que aún no «palomean» al que será candidato del PRI en Veracruz. Cierto es que hay dos aspirantes con mayores posibilidades que los demás, sin embargo, eso no significa que alguno deba «cantar» victoria, y es cierto, desde la visita de Manlio Fabio Beltrones a tierras jarochas, nadie (y en verdad, nadie) ha gritado a «los cuatro vientos» que es el «bueno», el elegido.
Es innegable, para el PRI los que más opciones tienen de alzarse con la candidatura son el Senador Héctor Yunes Landa, y el diputado federal, Alberto Silva Ramos. El peroteño José Yunes Zorrilla no competirá por la gubernatura de dos años, eso ya está más que «masticado» y corroborado, buscará la que sigue, la de seis, tema autorizado por los que mandan en el tricolor nacional.
Además de Héctor Yunes y Alberto Silva, están los diputados federales Erick Lagos, Jorge Carvallo y Adolfo Mota, así como el Secretario de Gobierno, Flavino Ríos, y el ex dirigente nacional del Panal, Tomás Ruiz González. Estos últimos cinco permanecen como «ases bajo la manga», por si algo ocurriera con las dos primeras opciones.
Reitero entonces, a pesar de que el imaginario colectivo da por sentado algunos nombres y apellidos como «candidatos seguros» del PRI, la verdad es que no hay tales aún. Hay cercanos, sí; hay probables, también; sin embargo, los que se han encargado de nombrarlos como «inamovibles» son los analistas políticos, o bien, los propios simpatizantes.
Más allá de las señales, supuestos, elucubraciones, entendidos o especulaciones que cualquiera deseé emitir, por tranquilidad personal, o quizá, simple análisis voluntario, lo cierto es que como se lo adelanté hace más de dos meses, el candidato tricolor para Veracruz se conocerá con mayor exactitud durante el mes de enero. No hay descartes, por el contrario, podría haber más encartes.
Aún falta que pase la elección extraordinaria de Colima el 17 de este mes, esa misma que habían ganado los priístas y más tarde los blanquiazules anularon en los tribunales. El que gane esos comicios saldrá con el ánimo voluntarioso para el 5 de junio; el derrotado llevará una abolladura difícil de ocultar. En estos momentos el PRI Nacional, Bucareli y Los Pinos están ocupados en Colima, perderlo o ganarlo es muy importante, tanto para «el que la pierda como para el que la gane», válgase la expresión. Veracruz tendrá que esperar un poco más.
Por su parte, los tres candidatos independientes, que en algún momento, durante el proceso, quizá terminen siendo dos, por aquello de «la probable declinación», deberán esforzarse en juntar, cada uno, sus respectivas 175 mil firmas obligatorias para su aspiración. Aunado a ellos, el ex Senador Armando Méndez de la Luz habrá de encabezar sin alianza alguna, las aspiraciones de Movimiento Ciudadano hacia la gubernatura. El resucitado Partido del Trabajo tendrá que unirse a alguien, pues en Veracruz está más muerto que el PRD, y eso «ya es hablar».
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.