Las comparecencias en un quinto año de Gobierno suelen ser mucho más cuestionadas que las cuatro anteriores. La dinámica es distinta. Hay menos compromisos; menos complacencias de los diputados hacia los Secretarios; menos «tarjeteo» previo con los legisladores, y en contraste, hay más agresividad; más sonrisas irónicas; más alusiones personales; más cobro de añejas «rencillas»,en fin, en este sentido, sí suele haber «quinto malo».
La quinta comparecencia suele ser en realidad «la última comparecencia». La sexta no existe, no interesa, por lo regular el Secretario del sexenio saliente no repite en la nueva administración. A estas alturas, el interés está centrado en el Gobernador electo; en las especulaciones sobre quiénes serán los nuevos titulares de las Secretarías; la asistencia física a las sextas comparecencias es paupérrima; no hay vuelta de hoja, en este caso, «la quinta es la sexta».
De hecho, hasta las comparecencias más morbosas o llamativas, como Finanzas, Salud, Seguridad Pública, Educación, Desarrollo Social y de Gobierno, se vuelven sólo un trámite acartonado para dar paso a la nueva clase gobernante. Por eso se vuelve interesante asistir a la quinta glosa del Informe, pues la que sigue, la del próximo año, es de «chocolate».
Han pasado dos titulares de despacho polémicos al momento por la Legislatura Local, dada la naturaleza de sus funciones: Antonio Gómez Pelegrín, Secretario de Finanzas y Planeación, además de Fernando Benítez Obeso, Secretario de Salud. Mañana lo hará Arturo Bermúdez Zurita, de Seguridad Pública, y el lunes, el Contralor General, Ricardo García Guzmán. Ahí terminaría, en esencia, lo que en términos deportivos se conoce como «el grupo de la muerte».
A Gómez Pelegrín le fue como le tiene que ir a un Secretario de Finanzas de Veracruz en su Quinto año de Gobierno. Defendió las cifras; justificó los pasivos; detalló los distintos adeudos; se movió como «gato boca arriba» ante las demandas de pago que hay, y sobre todo, reiteró que en lugar de contratar nuevos créditos, han reestructurado varias veces la deuda bancaria heredada del sexenio anterior. El apoyo de Juan Manuel del Castillo, Subsecretario de Administración y Finanzas, sin duda ha sido fundamental para lograrlo.
Por su parte, el Secretario de Salud supo defender los cuestionamientos que le hicieron, en especial, aquellos provenientes del bando opositor. No «tiró pelotas» ni repartió culpas, de hecho, no enfrentó preguntas que lo pusieran en aprietos. El Doctor Benítez estuvo bien cobijado, en todo momento, con tarjetas informativas para responder o esquivar lo que le indagaron . Se basó en su experiencia hospitalaria y fue apoyado, en gran medida, por su Director Administrativo, Ricardo Sandoval.
Restan dos huesos duros y atractivos para el Congreso Local: Bermúdez Zurita y García Guzmán. Después de ellos, solo Educación o Desarrollo Agropecuario podrían resultar llamativos. La primera, por su Reforma y evaluaciones docentes en el estado, y la segunda, por el detalle de programas del campo y el hato veracruzano.
Esta quinta glosa es más agresiva que las cuatro anteriores, y por supuesto, como ya le expliqué, «la penúltima es la última» del Gobierno de Javier Duarte, pues la sexta, de plano, no existe.