Gabriel García-Márquez/Sentudo común
La difícil virtud de alinearse
Una de las circunstancias más complicadas que se viven en la política consiste en alinearse a la decisión que toma el que manda; saber entender que la suerte, las relaciones o simplemente el momento, no es favorable para poseer un cargo, un nombramiento o una candidatura, y no necesariamente por capacidad o incapacidad, sino porque los «astros» no se acomodaron a nuestro favor.
El que se enrola en la política sabe que en cualquier momento puede dejar un cargo o una posición, por ello nunca se recomienda encariñarse con una oficina, o arreglarla al gusto, ya que mañana o en algún instante, puede haber un relevo, y ese relevo ser el nuestro; ocurre en todos los gobiernos sin importar el partido que comande.
La política es de incertidumbres, de ambigüedades, de dudas y sin sabores constantes, pero también de mieles, satisfacciones y popularidades, aunque siempre con relación de 5 a 1, cinco recuerdos amargos, por uno agradable. Eso deben entender todos, por eso aquella socorrida frase de Don Miguel Alemán Velazco: la política es de conciencia, constancia y circunstancia.
«Alinearse» a la decisión del jefe no es nada sencilla, más cuando el que debe «alinearse» no acepta ser «alineado», aunque finalmente deba hacerlo, a regañadientes, o de plano, buscar una vía alterna, pero divorciada del que manda.
Si pensamos en esta dinámica natural de la política rumbo a la candidatura del PRI para la gubernatura, nos deja invariablemente la idea de que habrá cuando menos cinco de los seis aspirantes que tendrán que alinearse. Les ponemos nombres y apellidos: Erick Lagos, Adolfo Mota, Jorge Carvallo, Alberto Silva, José Yunes y Hector Yunes; uno de ellos será el ungido, los demás, a alinearse y sumarse, de otra manera, a buscarle por otro lado.
Históricamente, en las sucesiones gubernamentales de Veracruz se han presentado obediencias de alineación remarcables. Ahí tenemos la del hoy diputado Alejandro Montano Guzmán en tiempos de Miguel Alemán, quien como Secretario de Seguridad Pública tenía muchas posibilidades, pero se alineó, o la del Secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, quien con el mismo cargo que hoy ostenta se alineó, parte por obediencia y parte por el doloroso deceso de su hijo, y así, llegó el favorecido en ese momento: Fidel Herrera Beltrán. Se alinearon, a gusto o a disgusto, pero lo hicieron, y a final de cuentas, ganó el tricolor.
De igual forma ocurrió cuando el Gobernador Javier Duarte buscaba la candidatura del PRI. Hubo cuando menos un alineado, que incluso se sumó como coordinador de campaña de quien manda hoy en Veracruz: José Yunes Zorrilla. Se alineó y sumó, y a final de cuentas, también ganó el tricolor.
Se acortan los tiempos para resignarse y alinearse. En noviembre inicia de acuerdo al nuevo Código Electoral de Veracruz el proceso electoral. Mínimo cinco habrían de alinearse para no ser candidatos del PRI, uno debería recibir el apoyo de todos esos alineados. Veremos qué ocurre.