Carlos Ramírez/Indicador político
Las campañas del descrédito
Lo cierto es que nadie metería las manos al fuego por algún candidato a diputado en Veracruz. Lo dijo el líder nacional del PRI, lo piensa él, lo pensamos todos, nadie tomaría el riesgo de «rasgarse las vestiduras» por ninguno de ellos. Unos prometieron y no cumplieron, otros ganaron y no regresaron, otros siempre pierden y quieren ganar diciendo lo mismo que los hizo perder.
Acostumbrados al derroche de dinero, hoy, saber que el tope de gastos de campaña para un diputado federal asciende a un millón 200 mil pesos es para reírse (tan sólo en medios de comunicación, siendo muy austeros, se gastan por 2 meses de campaña 500 mil pesos). Por tanto, no podemos tapar el sol con un dedo, más de un candidato rebasará lo permitido.
Ante estos escenarios, las estrategia electorales deben cambiar, ya no es necesario convencer a la gente con propuestas -incluso campaña a campaña las repiten-, el éxito ahora radica en aprovechar la reformada ley electoral, por ejemplo, si soy candidato en segundo lugar, esperar que el puntero se equivoque, evidenciar ese error, hacer que el INE cumpla, le retire su registro y ya gané. Si soy el que encabeza las encuestas, simplemente dedicar buena parte de mi dinero a no cometer los errores infantiles de fiscalización, y gastar más de lo debido; dos meses de campaña es poco para revertir ventajas de 5 puntos porcentuales.
Por ello, la estrategia ahora debe centrarse en el error del que lleva la ventaja, buscar que se equivoque, y así, hacerse de la victoria sin proponer, sin gastar, solo esperando el descrédito que permite la Ley Electoral.
Violentar la Reforma Electoral ayuda a los candidatos
Hace algunos días hablé con Roy Campos, el prestigioso Director de Consulta Mitofsky, quien coincidió conmigo en que los partidos políticos ya hicieron negocio violando la Reforma Electoral. Mire, tienen prohibido descalificarse, y lo hacen, ahí tienen los spots del PAN, PRD, PRI y Verde, este último, por cierto, es el único que se hizo acreedor a una fuerte multa económica.
Tomemos el caso del PVEM. ¿Por qué violentar la reformada Ley Electoral es un negocio? Simple, porque el Verde prefirió pagar una sanción y a cambio de ello, mostrar a los ciudadanos sus spots, sus logros con los circos sin animales y cadenas perpetuas a secuestradores, la gente los vio incluso en el cine, el Verde se brincó la Ley y tendrá que pagar una multa, pero lo valió. ¿Por qué no les duele pagar? Más simple. Porque obtendrán más votación, más prerrogativa, y la multa, no será ni del 30 por ciento de sus ganancias. ¿Buen negocio, no cree?
Dice Roy Campos que una sanción dolorosa para los partidos sería quitarles días efectivos de campaña, ¿qué sentiría un candidato con 10 días menos para caminar en las colonias? Ahí sí que pondrían el «grito en el cielo», o mejor dicho, en el INE.