Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Charla con César Camacho Quiroz, líder nacional del PRI.
Cierto es que un día después de terminadas las elecciones intermedias inició la carrera por la Gubernatura de Veracruz. Cierto es, también, que ya hay precandidatos del PRI con nombre y apellido: Jorge Carvallo, Erick Lagos, Adolfo Mota, Alberto Silva, además de los Senadores José y Héctor Yunes.
Cierto es también que con el surgimiento de las candidaturas independientes, y después del éxito del Bronco en Nuevo León, cualquier interesado que goce de popularidad y credibilidad, podría ser aspirante sin cobijarse en un partido político. Esto abre, por supuesto, un abanico de posibilidades, se han mencionado nombres como el de Gerardo Buganza y Ricardo Ahued, aunque cualquiera de los priístas que se sintiera despreciado en el proceso de selección del tricolor, podría optar por irse de independiente.
En una charla que sostuve con el líder nacional del PRI, César Camacho Quiroz, comentó que los resultados de votación obtenidos por su partido en Veracruz, así como las 16 diputaciones, eran un respaldo sólido hacia la gubernatura, pero nunca lo suficiente para confiarse. También me dijo que todo «hacía ver» una gubernatura de 2 años para el estado, después de que la SCJN había desechado el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por Movimiento Ciudadano.
Me destacó Camacho Quiroz que era aquí, en Veracruz, donde se había registrado la elección de distrito más alta del País, obtenida en Acayucan, con Erick Lagos Hernández, a quien veía como un diputado que se desempeñaría con mucho entusiasmo y compromiso en el Congreso Federal.
Al hablar de «nombres» para la candidatura priísta, Camacho Quiroz me aseguró que había bastantes apuntados, y que el hecho de que hubiera varios interesados con capital político, hablaba de un partido vigoroso, «qué triste sería que el partido tuviera que estar tocando las puertas de los que pudieran ser buenos prospectos», me afirmó.
Sin embargo, Camacho Quiroz advirtió la importancia de llevar este proceso de selección en paz, por la cantidad de aspirantes «de peso», y eso recaería en quien dentro de unas semanas llevará la dirigencia nacional del PRI. Esto que me dijo el líder tricolor tiene mucho fondo, pues queda claro que aunque desde el estado de Veracruz se pueda sugerir a un candidato, la decisión vendrá, irremediablemente, del centro del País.
Es aquí donde nos debemos preguntar: ¿quién de todos los aspirantes priístas tiene mejores relaciones en el estado y en la Federación? Ahí puede radicar el nombre de quien finalmente se lleve la peleada candidatura del tricolor para suceder al Gobernador Javier Duarte. ¿Quién? ¿alguno de los diputados electos o uno de los Senadores? ¿alguien se atreve a vaticinar?