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Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
No veo al Gobernador buscando anular la elección.
Mucho se ha dicho en los últimos días, sobre todo en medios de comunicación estatales, que el Gobernador Javier Duarte estaría buscando anular la elección en Veracruz al promocionar, absolutamente adrede, las más recientes obras y acciones de su mandato de manera pública. Nada más absurdo.
Primero, a ninguno de los priístas en el estado, incluyendo a militantes del Verde, Panal, Cardenistas y Alternativa Veracruzana, les convendría, en su sano juicio, (insisto, sano juicio), que su candidato a la Gubernatura, Héctor Yunes Landa, perdiera la elección del 5 de junio. De lo contrario, para los amantes del cine, estaríamos en una película de Kubrick, Cronenberg o del mismísimo, David Lynch.
Bajo esta misma lógica, a Javier Duarte no sólo no le convendría que su candidato perdiera, sino que sería catastrófico que Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN-PRD, o Cuitláhuac García, de Morena, lo sucedieran, en pocas palabras, no le iría nada bien, dado los señalamientos directos que le han hecho, especialmente el panista.
Segundo, y en otro orden de ideas, ¿qué beneficio le traería a Duarte de Ochoa que se anularan las elecciones? Es decir, que ninguno de los candidatos pudiera tomar protesta en diciembre por una orden de reposición de proceso, bajo el argumento de violación a las reglas de los comicios. Es absurdo, alguien más llegaría a la silla, un interino quizá, y para el 2018 o en una hipotética «segunda vuelta», sería el mismo cuento de descalificaciones hacia el hoy Gobernador. Doble tanda de tragos amargos.
Ya bastante peleada, golpeada, sucia y vigilada se encuentra la elección en Veracruz para agregar absurdos mediáticos. El 5 de junio habrá un candidato ganador en Veracruz, quizá por muy corto margen, situación que lo llevará a una anunciada judicialización. La anulación, en efecto, es un panorama que se ha contemplado y que incluso este columnista le ha compartido, pero los motivos de ese escenario, en caso de darse, no están relacionados con una intromisión deliberadamente pública del Gobernador Duarte, sino con otros aspectos muy puntuales: audios filtrados, prácticas sucias el día de la votación, distancia muy corta entre primer y segundo lugar, entre otras.
La encuestadora MEBA suele ser muy exacta.
Después de las encuestas publicadas por Reforma y El Universal, donde destaca la coincidencia de un empate técnico entre Héctor Yunes Landa y Miguel Yunes Linares, la empresa Mendoza Blanco y Asociados (MEBA), en conferencia de prensa, afirmó que su ejercicio da 7 puntos de ventaja al priísta, en una trabajo efectuado del 29 de abril al 1 de mayo.
De acuerdo a MEBA, el oriundo de Soledad de Doblado cuenta con el 36% de las preferencias, mientras que su primo hermano alcanza el 29%. El tercer lugar correspondería a Morena con el 20%. Llama la atención que el independiente Juan Bueno Torio sólo tenga el uno por ciento de la intención del voto. La encuesta consideró a mil quinientas personas entrevistadas en sus domicilios.
No olvidemos que en la elección del 2004 para Veracruz, MEBA presentó una encuesta final que dio ganador a Fidel Herrera Beltrán, con datos casi idénticos a los resultados finales de ese año. Veremos qué tanto se acerca a lo que ocurra el próximo 5 de junio.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.